Las listas para las urnas huecas… ¡Que siga el baile!
Ni el menos informado de los cronistas de la actualidad política tanto del país como de la comarca provinciana ignora que el cuadro actual del camino nada menos que a las elecciones para presidente y gobernadores muestra un panorama desolador en lo que hace a proyectos para un modelo de Estado que por lo menos encienda en el pueblo una esperanza de un vivir mejor que largamente merece y espera desde la recuperación de esta democracia que tanto cuesta reconstruir tras la página más oscura y sangrienta de la Argentina, como lo fue la última dictadura militar.
Y ello sucede, sin duda alguna, como producto de una generación de dirigentes segada en aquella etapa, y el posterior advenimiento del asalto a la política por los nuevos gerentes, los a-históricos, los Golden boys, los sin compromisos doctrinarios ni ideológicos orientados a un proyecto de país construido sobre la sólida base de un modelo soberano, productivo y sustancialmente con justicia social.
Lo dicho queda palmariamente demostrado en la salvajada (cabe el término sin dejar de mencionar las excepciones de toda regla que si no existiesen no habría esperanzas) en que esa pérdida de ejemplaridad en las dirigencias políticas convirtieron al proceso de presentación de las listas de precandidatos para las elecciones generales, y por supuesto por imposición de una amañada ley de internas abiertas (PASO) que otros ambiciosos de turno idearan para perpetuarse en el poder vaciando de su vital contenido ideológico a los partidos.
En el orden nacional el espejo muestra los estertores del macrismo y su única carta de la grieta que alimenta aterrorizando con el eventual retorno de una Cristina Kirchner que no puede disfrazar su verdadero rostro, aunque esta vez actúe como titiritera de un Alberto Fernández sentado sobre su falda.
Los demás si bien es cierto aparecen en ese escenario como extras para la función, no son lo son tanto pues puntito que alcancen serán porotos de oro a la hora de un balotaje muy probable. Avenida donde nuestro presidenciable, el gaucho Juan Manuel, camina con coherencia y fundamentalmente sabiendo que cuatro años “pasan volando” y su hilo en el carretel da para largo. Sin prisa y por las piedras, cruza este cauce donde no pocos se ahogarán. Verbis gratia: Massita…
Esa jungla de ambiciones que envilecen el contenido moral y ético de la política como cimiento irremplazable del sistema democrático configura el mamarracho que el conjunto de la ciudadanía observa y recibe lamentablemente como una convocatoria a las urnas sin propuestas. Patéticamente huecas. Pletóricas de fantochadas.
Y enfoquemos ahora la lente por estos pagos norteños:
Un botón, o un par de ellos, bastan y sobran para ilustrar semejante escenario: un aspirante a gobernador ¡disfrazado de Moisés…! Otros ¡danzando en caricaturas al estilo de Bob Esponja pero con sus rostros!
Y como si la ridiculez de la que nunca se vuelve como decía el sabio general fuese poca, no faltaron por estas horas en este pago chico las cornadas en el “primer equipo” del gobierno donde el hasta aquí supuesto “caballo del comisario” -que venía con el acelerador a la chapa repartiendo desde obras millonarias en dólares como la ahora lapidada mini autopista de la circunvalación noroeste, más promesas y cheques a dos manos a intendentes ¡y hasta nombramientos de profesoras y profesores de religión o de porteros en La Cochinchina!- descubrió y denunció en la sala de conferencias del mismísimo gobernador que renunciaba a ese antro porque allí mora –textual- mucha, pero mucha, ¡”gente sucia”!. Lo que traducido al buen romance no significa otra cosa que gente de mierda.
Claro… lo que se omitió precisar es que en esas supuestas alturas el candidato hoy sin lapicera ni chequera estatal ni helicóptero ni lear jet etc., nació, convivió y creció “algún tiempo” para nada breve. Ni distinto. Son “detalles”.
Pero como la realidad es la única verdad, aunque en este caso más bien cabe decir que la realidad es la única lamentable verdad, el cronista debe remitirse a los hechos. En este caso, a las listas de candidatos que el ciudadano hallará en los cuartos oscuros, hoy más oscuros que nunca, por la devaluación aquí brevemente e ineludiblemente comentada. Aunque duela.
Ya vendrán tiempos mejores. Los alumbrarán esas excepciones que no dejamos de remarcar, porque siempre, siempre, existieron y existirán para renovar esperanzas.
Los anticuerpos de la política y las doctrinas a los que bien definió y confirmó el genio de un Perón triunfante en el juicio insoslayable de la historia.
Mientras… ¡que siga el baile…!