Mensajes
Más licencia por maternidad a estatales. Desigualdad ante la Ley para los privados.
Uno debiera festejar, y no hacerlo te enmarca entre los llamados insensibles que no conocen las necesidades del pueblo, y como me dijo hoy una mujer, no es cuestión de sacarle derecho a algunos para igualar sino de sumarle derechos a todos.
Como concepto encantado y compartido, ahora déjenme ser insensible mientras tecleo y mirar ciertas noticias desde otro ángulo, que no es el más simpático pero que les aseguro impactará más sobre el futuro de nuestra provincia.
Toda esta introducción para contar que hace unas horas fue -y lo sigue siendo- noticia que las licencias por maternidad y paternidad de los empleados públicos provinciales se habían incrementado de noventa a ciento cincuenta días en el caso de las madres y de diez a veinte días en el caso de los padres.
También tuve la oportunidad de ver a un notero de El Tribuno entrevistando gente que opinaba sobre el tema con mucha mayor corrección política que yo, créanme que más allá de mi planteo reconozco las bondades de la ley y me encantaría haberme podido acoger a ella en los años en que me tocaba ser padre.
Los argumentos a favor y no son menores apuntan a estrechar el vínculo entre la madre y el bebé y a tener tiempo para compartir. Dicho esto y aclarando que me parece una mirada importante del asunto paso a escribir mi crítica:
La distancia entre los afortunados que consiguen trabajo en el estado de la mano de sus contactos, militancia, talento o fortuna crece cada día más con respecto a los otros afortunados que consiguen trabajo en la actividad privada.
Me parece preocupante un mensaje social que diga “hacete” nombrar en el Estado, un mensaje que diga conseguís estabilidad en un país inestable, trabajás en blanco en una provincia con enormes porcentajes de trabajo en negro, trabajás seis horas cuando la actividad privada trabaja ocho, cobras en fecha, “tenés” representación sindical, nadie te controla mucho y ahora le agrego: tu licencia por maternidad será de cinco meses mientras que cualquier madre de un comercio volverá a trabajar en tres.
Entre las ordenanzas de la municipalidad de Salta inclusive existe una de los años ochenta que ante la jubilación de un empleado municipal la prioridad para ingresar a trabajar en su puesto es de sus hijos, así nomas, estado hereditario sin concurso, mérito ni exigencia de idoneidad, y hubo mayoría de los concejales que la votaron, en contra de cualquier concepto de igualdad ante la ley.
El mensaje es claro, no arriesgues, no produzcas, no seas emprendedor, “conseguite” un trabajo en el Estado.
Este planteo no se redondeará con una apelación a extender este derecho a la actividad privada, porque más allá de lo bondadoso o justo que parezca esa apelación tengo perfectamente en claro que cualquier comerciante, productor, industrial, o generador de empleo es un ciudadano que trabaja duro para llegar a fin de mes a poder pagar los sueldos, cargas sociales, impuestos nacionales, provinciales y municipales, trabaja en feriados, muchas veces bastante más que ocho horas diarias, vuelve a su trabajo a los pocos días de tener hijos o casarse.
Esos ciudadanos que trabajan en la actividad privada también son argentinos, son cada vez menos y son los que pagan el circo.
Por ese solo motivo y entendiendo qué hay momentos para ser generosos y momentos para que todos ajustemos es que hubiera votado en contra de esta ley, con todo mi amor por las mujeres que hoy se animan a ser madres.