CFK, la jefa de la banda
Tercer procesamiento, que esta vez incluye a sus hijos Máximo y Florencia
Ya no será la arquitecta egipcia ni la exitosa abogada. Ahora Cristina es la jefa una banda delictiva. De acuerdo al procesamiento que le dictó el juez federal Claudio Bonadío, la ex presidenta lideró una asociación ilícita dedicada a cobrar coimas y lavar dinero a través de la sociedad familiar llamada “Los Sauces”, pero que podríamos llamar coloquial y chicaneramente “El cártel K” o “La mafia de los pingüinos”. El magistrado aseguró que estos delitos están agravados por la habitualidad, también la embargó por 130 millones de pesos y le prohibió salir del país. Este tercer procesamiento podría haber sido con prisión preventiva porque habitualmente es lo que le ocurre a quienes son acusados de ser los jefes de una asociación ilícita. De hecho otro ex presidente peronista que Cristina voto siete veces, Carlos Menem, por la misma situación fue inmediatamente llevado a prisión. Pero en este caso, parece que el juez privilegia el hecho de que la ex jefa del estado se ajusta a derecho y se presenta ante la justicia cada vez que es convocada.
Pero aquí no termina el tsunami judicial y político que se descargó sobre Cristina. Sus hijos Máximo y Florencia también recibieron los mismos procesamientos, por idénticos motivos, y los mismos embargos y la misma prohibición de abandonar la Argentina.
Se podría decir que toda la familia está acusada de ser jefes de una asociación ilícita. No hay demasiados antecedentes en la historia de los tribunales de algo semejante. Máximo y Florencia perdieron la virginidad en el plano de los procesamientos. Es la primera vez que están en esa condición tan grave y donde peligra su libertad ambulatoria.
Como si esto fuera poco, ni siquiera le pueden echar la culpa Néstor, su marido muerto. Todos estos delitos, según el minucioso escrito de 392 páginas del juez, fueron cometidos desde el 2008, es decir, después de la muerte de Néstor Kirchner. Y encima, el mejor amigo, socio, cómplice y testaferro de la familia, Lázaro Báez también fue procesado en este caso como organizador de la asociación ilícita por lo que todos se arriesgan a ser castigados a una pena no excarcelable porque la mínima es de cinco años de prisión. ¿Se da cuenta de la gravedad institucional y política que tiene todo esto? Es que la familia no puede explicar el funcionamiento de esa inmobiliaria trucha que no tenía empleados, solo un jardinero y que prácticamente tenía solo dos clientes: Lázaro y Cristóbal que sumaban el 80% de la facturación. Le pagaban alquileres muy por encima del mercado como una manera de retornarle el favor de los negocios sucios y por eso después tenían que lavar el dinero. Pero encima de todo esto, casi no hay un papel, un contrato, un recibo, algo que justifique legalmente lo que embolsaron ilegalmente. Se cebaron con la impunidad. Se creyeron eso de Cristina eterna y pensaron que se iban a jubilar en el gobierno. De lo contrario es imposible semejante codicia y bulimia por el dinero y semejante truchada para dejar los dedos pegados y pruebas de la infamia por todos lados.
Hasta Romina Mercado, la hija de la gobernadora Alicia, también fue procesada igual que su empleador Cristóbal López, en este caso como miembro de la banda pero no como jefe.
Seguramente ahora van a apelar pero el escrito de Bonadío y la investigación del fiscal Carlos Rívolo, es de una rigurosidad difícil de rebatir. Por eso intervinieron judicialmente varias empresas. Para encontrar la punta del ovillo de una trama compleja destinada a que no haya transparencia en ninguna operación.
Máximo, el príncipe en jefe de La Cámpora, está muy comprometido. Firmó cheques extraños y balances flojos de papeles. Cuando esta causa vaya a juicio oral serán claves los testimonios de Fabián de Souza, Osvaldo Bochi Sanfelice, seguramente el primer testaferro y socio de Néstor y Máximo, el contador Víctor Manzanares y el escribano Ricardo Albornoz que dieron fe de las malversaciones y las bendijeron con sus firmas.
Están acusados de haberse robado montañas de dinero de todos los argentinos vía coimas del negocio del juego y la obra pública.
Finalmente, Bonadío le dio un empujón hacia el abismo legal a Cristina y su bandita, como ella definió a los justicialistas que ya no la quieren ni la respetan. Argumentó que esta causa debe sumarse a la investigación del caso Hotesur y otros negocios de infraestructura que llevan adelante Ercolini y el fiscal Gerardo Pollicita. Estos magistrados también procesaron a Cristina con acusaciones muy similares: Banda dedicada a saquear el estado para su enriquecimiento.
Dice Bonadio que entre estas causas existen conexidad subjetiva y objetiva y los casos deben ser acumulados. Tal vez en un futuro juicio oral se armen una megacausa porque todo confirma una matriz única de estafas perpetradas por los mismos delincuentes.
Todo este balde de desprestigio vergonzoso le cayó a Cristina el mismo día en que el fiscal Eduardo Taiano citó como testigo a su superior, la procuradora Alejandra Gils Carbó para que diga bajo juramento si tenía resuelto remover al fiscal Alberto Nisman de la fiscalía de la AMIA, cosa que aceleró el regreso desde Europa del fiscal muerto de un balazo en la cabeza. Esto también involucra directamente a Cristina en la causa que más temor le despierta y que la obliga a comportarse como culpables y encubridora de los terroristas iraníes que perpetraron el atentado más grave de la historia al hacer volar la AMIA por los aires y asesinar en el mismo instante a 85 personas.
Hay que recordar que en su reciente viaje a Estados Unidos, al fiscal Taiano le dijeron: “usted está investigando un asesinato”.
No corren buenos tiempos para Cristina y su tropa. La multitudinaria convocatoria del sábado tuvo múltiples consignas pero un par que unificaban a todos: “Argentina, sin Cristina” y “No vuelven nunca más”.
Encima, Santa Cruz, después de más de 25 años de gobiernos kirchneristas es una provincia fundida, asediada por jubilados, docentes y estatales y al borde del colapso institucional. Recién esta madrugada la gobernadora Alicia Kirchner pudo salir de su despacho porque la casa de gobierno estaba rodeada de manifestantes. Esa actitud desesperada no se puede compartir porque se trata de un delito y de un intento desestabilizador. Pero nadie llevó un helicóptero ni calificó de dictadora o asesina a la gobernadora como si hicieron los kirchneristas con Mauricio Macri.
El modelo nacional y popular tuvo hoy su día más negro. Las últimas escuchas en las que podemos conocer mejor la lógica de conducción de Cristina la muestran vengativa cuando le dice a Parrillitudo que la mate a Margarita Stolbizer o cuando dice que Macri y Tinelli son dos estúpidos. Y al mayordomo eterno, las escuchas lo deschavan como un pobre muchacho incapaz de decir otra cosa que “Si Cristina” que repite como un loro lo que ella dice. Por eso el chiste del genial Rolo Villar no es tan chiste. Dijo que a Parrillitudo le dicen “dieta de la naranja, chupa media a la mañana y chupa media a la tarde”. Parrilli no es tonto. Sabe a quién le chupa las medias. Sabe que Cristina, como dice Bonadío, es la jefa de la banda.