La cosa ahora es entre Montoneros y “Montaneros”
Cisma en el oficialismo K
Cristina, Zannini, La Cámpora, los “pibes para la liberación” y los “talibanes” acampan por un lado, mientras que Scioli, la “Liga de Gobernadores” encabezada por Juan Manuel Urtubey y los “moderados”, también tienen sus carpas en el mismo predio… pero en el otro extremo
Aunque muy herido, el cristinismo da batalla.
Después del inesperado resultado de las elecciones del 25 de Octubre pasado, el Frente para la Victoria intenta retomar el centro del ring con su jefa natural al frente y arengando la tropa como un general prusiano antes de entrar en batalla.
Lo que pasa es que al oficialismo se le hace cuesta arriba ir a una segunda vuelta o balotaje electoral, teniendo como candidato a un hombre en el que jamás confiaron y que luego de la elección mostró flaquezas y dudas, a la hora de reafirmar el modelo “nacional y popular”.
Por eso es que Cristina Kirchner, el pasado jueves, decidió ponerse al frente del ejercito K y conducir a sus huestes personalmente con la íntima convicción de que, “salga pato o gallareta”, ella es la única capaz de “salvar” estos doce años de “revolución” imaginaria.
Daniel Scioli, un hombre al que comparan con un caballo arriba del techo, porque nadie sabe como hizo para llegar allí, intenta por estas horas ordenar sus propias contradicciones ya que su lucha interna sigue siendo la de siempre: entregarse a Cristina y que sea lo que Dios quiera, o jugarse por su propia impronta y provocar un giro de 180 grados en la que eventualmente podría ser su gestión al frente del gobierno nacional.
Preocupado y atónito, todavía le cuesta entender porqué ganó pero a la vez “perdió”, los comicios generales.
Si bien es cierto, sabían él y su gente que la cosa estaba peleada, jamás imaginaron que la diferencia con su principal rival, Mauricio Macri, sólo sería de dos puntos y pico a su favor, y que aquel deseado 40%, se terminó alejando aún más del resultado obtenido en las PASO dos meses atrás.
Lo más sorprendente para el candidato, su equipo y todos, fue haber perdido la provincia de Buenos Aires donde siempre se supo se libraría la “madre de las batallas”, a manos de una joven y fresca candidata “liberal”, que terminó derrotando y jubilando de la política a un verdadero “dinosaurio” como Aníbal Fernández.
Envueltos en luchas palaciegas, celos, envidias, golpes bajos y todo tipo de artillería nociva para cualquier proceso electoral, la mayoría de los candidatos del oficialismo terminaron mordiendo el polvo de la derrota en el corazón de la provincia gobernada por su candidato presidencial, y a partir de allí comenzó el aquelarre.
Los días posteriores a la elección y ya con un balotaje en marcha, provocaron situaciones complejas que, aquellos que pululan por los pasillos del poder, juran que estuvieron cerca de provocar un quiebre definitivo en la fórmula compuesta por Daniel Scioli y Carlos Zannini.
Mucho antes de lo pensado, quedó en evidencia lo que se sospechaba: Zannini sería un “comisario político” para Scioli.
Quienes dicen saber, cuentan que los pases de factura entre los cristinistas de “paladar negro” comandados por el “Chino” y los hombres de Daniel, estuvieron sobre la mesa de manera permanente.
Los “talibanes”, le reprocharon a Scioli tibieza a la hora de criticar a Macri y Massa y falta de claridad y “huevos” para decir que su gobierno sería la continuidad total de lo hecho por Cristina ahora y Néstor Kirchner antes.
“Scioli fue un cagón. Es un tibio, un pecho frío. Había que salir con los tapones de punta, como en el barrio y no como ingresando a un club de yates en Montecarlo. A éste le falta la sangre y el corazón peronista de comerse a todos como sea con tal de asegurar el triunfo. Tenían razón los que le bajaban la caña diciendo que con él estaba el riesgo lo conseguido en estos años de lucha de Cristina. Para colmo, Aníbal (Fernández) se nos cayó en provincia (de Buenos Aires) por eso ahora estamos mal pero no derrotados. Lo de Cristina, el jueves, fue una verdadera muestra de lucha. Es una genia. Demostró que con coraje todo se puede. Ahora, fortalecidos con su mensaje, saldremos a laburar para que al final gane Scioli, aunque para nosotros el verdadero Presidente siempre será el ‘Chino’ (Zannini)”, era lo que trataba de explicar un militante “perro” K en Salta, la noche después de la larga arenga bélica de su jefa política en los patios de la Casa Rosada, acompañada por sus “pibes para la liberación”.
Sin embargo, y más allá de motivaciones triunfalistas, el panorama para todos ellos no es halagüeño porque los mayores problemas los tienen puertas adentro de su propia fortaleza.
Cristina, Zannini, La Cámpora, los “pibes para la liberación” y los “talibanes” acampan por un lado, mientras que Scioli, la “Liga de Gobernadores” encabezada por Juan Manuel Urtubey y los “moderados”, también tienen sus carpas en el mismo predio pero en el otro extremo. Se supone, pero no pasa de allí, que todos juntos son los que tendrían que salir a vencer al “enemigo” que representa “lo peor” de los ’90 y que se corporiza en la figura del candidato de Cambiemos, el ex presidente de Boca Junior, Mauricio Macri.
No hay que ser demasiado avispado para darse cuenta que divididos así, serán presa fácil del PRO y sus socios políticos, a pesar de la intensa tarea de demonización que han lanzado, la propia Cristina lo hizo, con la intención de esmerilar la confianza de los electores independientes, que irán a la segunda vuelta, en la persona del ingeniero de los ojos claros.
“Macri es los ’90. Es Menem (Carlos); es Cavallo (Domingo); es el FMI; es las privatizaciones; es el neoliberalismo; es Drácula; es el hombre de la bolsa; es la tortura; es los milicos genocidas; es el pasado; es lo peor, es…” son algunas de las pullas que se lanzan.
Algunos oficialistas salteños, desesperados y a la vez ignorantes, llegaron a decir por estos días, en esto de sembrar terror, que el propio Raúl Alfonsín había dicho alguna vez “que su límite era Macri” (¿?).
Lo cierto es que el balotaje avanza y los primeros sondeos de Consultoras como “González – Valladares” y “Elypsis”, adelantan que quien ganaría sería Macri, aunque hay que tener en cuenta que las encuestas no han sido acertadas en el proceso que pasó.
Más allá de eso, la cosa está en saber si finalmente Scioli llegará al final.
Quienes lo conocen, afirman que jamás se bajaría de la contienda.
“Daniel siempre ha sido un ejemplo de lucha. Si es por él, nunca se bajará”, afirmaron muchos.
El tema, es que la pelea intestina entre “Montoneros y Montaneros” se hace cada vez más cruenta y eso puede llevar a que “fracasen con todo éxito”.
Cristina, ahora, se puso la campaña al hombro y dice: “síganme los buenos”, aunque es muy difícil ante este panorama, saber en verdad quienes son los buenos de esta historia.
Mientras tanto, Sergio Massa, desde la tribuna, observa.
Sabe que esto va para largo y que sus cinco millones de votos son un botín demasiado apetecible para Scioli y Macri.
El balotaje recién ha dado sus primeros pasos.
En los días que vienen, veremos si por fin se materializa o si, otra vez, uno de los animadores, finalmente, tira la toalla antes de subir al ring.