OPINIÓN - EL PRESIDENTE QUE QUERIA SER REY Y EL LLAMADO A UN UN "PACTO DEL 25 DE MAYO" FORMULADO "A PUNTA DE PISTOLA"
Por Pablo Borla
Diario Punto Uno
El gobierno de Javier Milei huele a naftalina. Contrariamente a considerarse una opción en crecimiento en todo el mundo, la extrema derecha como expresión política, es una novedad en su retorno, pero no por lo inaugural de su concepción política.
Y cuando esa extrema derecha se auto postula anarquista, si le ponemos bigotes tipo manubrio del archiduque Francisco Fernando, casi que huele a rapé, a libros de historia enmohecidos, a conceptos pasados de moda; intentados y fracasados; propios de sociedades pequeñas y desubicados en el mundo globalizado.
Estas ideas extremistas han estado siendo heredadas y cobijadas en grupúsculos a lo largo del tiempo y, como todo fundamentalismo, son autorreferenciales y sus seguidores se dan la razón mutuamente.
El discurso de Apertura de Sesiones Legislativas del pasado 1 de marzo por parte del presidente Javier Milei fue una muestra acabada de cómo pueden transmitirse ideas viejas por medios modernos.
De hecho, la cohorte de militantes libertarios se despachó a su gusto en las redes sociales, normalmente amparada en el anonimato, y la Televisión Pública -que Milei tanto desprecia como parte del Estado perverso- mostró a la enorme audiencia que siguió la transmisión solamente una visión parcial, porque las cámaras enfocaban exclusivamente a la facción libertaria de diputados en plano corto y los balcones con libertarios identificados con pulseras para un acceso privilegiado.
Muestro el mundo que veo, el que me conviene.
La tribuna libertaria festejaba la motosierra mientras, fuera del Congreso, se debilitaban en riesgo de vida quienes dejaron de recibir medicamentos y alimentos que pagaba el Estado.
Todo es muy coherente con un presidente que sufre de un cierto grado de solipsismo, término que prefiero emplear al no ser un psicoanalista o un psiquiatra, quienes suelen darle otro nombre a una patología de corte solipsista. Pero tampoco es cuestión de andar estigmatizando a quienes padecen esta grave dolencia.
El solipsista también es autorreferencial y postula que lo que llamamos real solo se puede comprender a través del Yo, ya que no hay otra realidad concreta más allá de tal Yo.
Cuando tengo esa concepción del mundo, me frustra que me contradigan, porque el sostén de mi existencia se justifica en mi visión particular y cualquier oposición la pone en peligro. No sé si le suena a alguien.
Algunas de las afirmaciones que sostuvo el presidente en su discurso fueron, lamentablemente, ciertas, y reflejan el sentimiento de una gran parte de la población que vio durante décadas crecer los privilegios de muchos representantes de la política y el gremialismo, que usaron los bienes del Estado como si le fuesen propios y la influencia de sus decisiones en la obtención de beneficios particulares.
Muchos, pero no todos. En los hechos, una minoría de quienes trabajan para el Estado.
Es lamentable que haya tenido que llegar al poder una persona con postulados anarquistas, con aroma a viejo y a fracaso comprobado, para que se dé un corte a este abuso, que provocó que los votantes lo elijan por encarnar ese hartazgo, sin importar sus postulados electorales.
De hecho, cabría preguntarse cuántos votantes le preguntaron a Google en qué consistía el anarquismo antes del sufragio. No importaba. Dicen que en el infierno. toda noticia es una buena noticia.
Después de criticar el modelo democrático de negociación -imperante en todas las democracias modernas- propuso celebrar el 25 de mayo un pacto de connotaciones patrióticas, cuyos postulados redactó unilateralmente y luego invitó a los gobernadores a negociar, previo a ese encuentro, la aprobación de su Ley Bases, a cambio de beneficios fiscales.
La coherencia, bien, gracias.
Una invitación “a punta de pistola” que muchos gobernadores evaluarán en la convicción de que hay que darle oportunidad al diálogo y al acuerdo.
Para la situación apremiante de muchos argentinos, el 25 de mayo queda muy lejos.
La situación se agrava día a día. Y, mientras tanto, funcionarios crueles, como el vocero Adorni, se burlan de la pérdida de la fuente laboral que provoca el cierre de TELAM.
Es bueno recordar que muchos, como MiIei, prometieron la bonanza después del sacrificio: “Hay que pasar el invierno”; “Estamos mal, pero vamos bien”, “Estaremos mejor en el segundo semestre”.
Cuando un Pueblo ya no tiene nada, solo le queda la esperanza. Y redobla su apuesta por ese cambio que lo está minando como nunca, creyendo en el sacrificio más que en la justicia.
Milei lo sabe y sabe que la gente se aferrará a ello, mientras él destruye el Estado y sueña con ser el rey de 47 millones de cortesanos desamparados.
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