ALBERTO CON PUTÍN: “ARGENTINA TIENE QUE DEJAR DE TENER ESA DEPENDENCIA TAN GRANDE CON EL FMI Y EEUU"
Desde el Kremlin, el Presidente se refirió a las negociaciones con el organismo internacional para pagar la deuda que tiene el país por 44.000 millones de dólares; “Es un honor poder conocerlo, poder verlo a los ojos”, le dijo a su par ruso, con quien busca afianzar la relación bilateral
Por Elisabetta Piqué
CORRESPONSAL LA NACIÓN EN ITALIA
MOSCÚ. - “Yo estoy empecinado en que la Argentina tiene que dejar de tener esa dependencia tan grande que tiene con el Fondo y con Estados Unidos. Tiene que abrirse camino a otros lados y me parece que Rusia tiene un lugar muy importante”. Esa fue la frase bomba que el presidente Alberto Fernández pronunció hoy al principio de su reunión-almuerzo con el mandatario ruso, Vladimir Putin, en un intercambio que pudo ser visto en la sala de prensa del Kremlin.
Sin embargo, luego, en una conferencia conjunta que brindaron tras el encuentro, el presidente argentino no hizo alusión a esta idea de reducir los vínculos con el gobierno de Joe Biden, pero sí remarcó su intención de estrechar cada vez más la relación son el Kremlin. “Estamos dando un paso muy importante para que la Argentina y Rusia hermanen y profundicen sus lazos”, dijo Fernández frente a Putin y ante un puñado de periodistas que se encontraban en la sala pero que no fueron habilitados para hacer preguntas. “La Argentina tiene una deuda con Rusia porque fue la primera que se preocupó por que los argentinos tuvieran vacunas”, agregó respecto de la pandemia de coronavirus y de la provisión de dosis de Sputnik V.
Por su parte, el mandatario ruso repasó los tópicos tratados en la reunión, que incluían inversiones en materia de ciencia e infraestructura, y destacó: “Quisiera señalar que la Argentina es uno de los socios clave de Rusia en América Latina, nuestros países están unidos por buenas relaciones de amistad. Aspiramos a potenciar nuestra cooperación y buscar nuevos ámbitos de interacción”.
Así, Putin se mostró alineado a Fernández, quien antes, en el mano a mano que tuvieron en la casa de gobierno, había asegurado: “Yo quiero que usted tenga la certeza de que veo una gran oportunidad para que podamos avanzar. Y quiero que sepa que tiene en mí un amigo que quiere ver de qué modo podemos avanzar juntos”.
En la reunión que compartieron, que pudo ser seguida unos minutos desde la sala de prensa (la transmisión fue interrumpida por una funcionaria, que entró al lugar gritando y apagó abruptamente la pantalla), Fernández también culpó al gobierno anterior de Mauricio Macri, que no mencionó, de la herencia recibida y su alineamiento con Estados Unidos, y reivindicó la estrategia de los anteriores gobiernos kirchneristas.
En los poco más de diez minutos que pudieron verse del encuentro, al principio Putin, que hizo esperar a Fernández 45 minutos debido a la situación álgida que vive Rusia por el conflicto en Ucrania, le dio una bienvenida muy calurosa. A través de un intérprete, le dijo que recordaba haberlo visto en Jerusalén a principios de 2020, cuando hubo una gran conmemoración del Holocausto a 75 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz.
También confesó que hubiera preferido reunirse en un momento de más “calma” y comentó la escala relámpago de Fernández en Moscú y las buenas relaciones existentes; asimismo felicitó al país por la alta tasa de vacunación obtenida durante la pandemia.
A su turno Fernández, que dijo que era “un honor poder conocerlo, poder verlo a los ojos” y que era un enorme gusto estar en Moscú para hablar sobre cómo complementar mucho más el vínculo entre Rusia y la Argentina, agradeció el suministro masivo de la vacuna Sputnik V en momentos difíciles.
“Fue muy importante cómo nos apoyaron cuando las vacunas escaseaban y la verdad es que los resultados han sido formidables con la Sputnik en la Argentina”, dijo el mandatario al contarle que, después de las dos dosis de ese fármaco, cuando tuvo que recibir el refuerzo, quiso esperar la Sputnik. En ese momento Putin, que suele ser muy frío, empatizó y dijo que él también se había dado las tres dosis de Sputnik. Entonces ambos rieron.
“Ustedes estuvieron cuando el resto del mundo no nos auxilió”, aseguró Fernández al manifestar estar “profundamente agradecido”. Fue entonces cuando Fernández, amén de proponer un relanzamiento no sólo de la relación bilateral sino también de Rusia con toda América Latina (con la Argentina como puerto de entrada), pasó a culpar al gobierno anterior de Mauricio Macri, que no mencionó, del inmenso endeudamiento y de la difícil situación actual. Y reivindicó la estrategia de los anteriores gobiernos kirchneristas que no se alinearon con Estados Unidos.
“La Argentina vive una situación muy especial, producto de su endeudamiento, de la situación económica que me tocó heredar”, afirmó y le hizo a Putin un breve relato de la historia argentina de las últimas décadas. “De los años 90 en adelante el país había volcado toda su mirada muy ingenuamente a los Estados Unidos... depende mucho la economía argentina de la deuda que tiene con los Estados Unidos, con el FMI y de la influencia que Estados Unidos tiene en el Fondo”, lamentó.
Luego, siguió: “Durante la primera etapa de nuestro gobierno, de 2003 a 2007, nosotros tratamos de salir de ese corsé que la Argentina tenía con los Estados Unidos. Y pudimos avanzar en ese acuerdo estratégico que firmamos, mejoramos la relación bilateral”.
“En el año 2015 llegó un gobierno que otra vez volcó toda su mirada a los Estados Unidos y fue el que nos asimiló esa deuda pesadísima que hoy tenemos”, agregó en alusión a la gestión macrista. Tras ello, lanzó esa frase bomba, que probablemente no caerá bien Washington: “Yo estoy empecinado en que la Argentina tiene que dejar de tener esa dependencia tan grande que tiene con el Fondo y con Estados Unidos. Tiene que abrirse camino a otros lados y me parece que Rusia tiene un lugar muy importante”.
El Presidente llegó a Rusia, después de un vuelo de 16 horas desde Buenos Aires, primera parada de su gira presidencial que lo llevará también a China y a Barbados. Fue recibido pasadas las 20 locales -14 en la Argentina- en el aeropuerto por el vicecanciller ruso Sergei Ryabkov y el embajador argentino Eduardo Zuaín.
Esta cita genera expectativa porque llega en un momento clave para ambos países. Se da en medio de altísima tensión mundial por el conflicto en Ucrania, en el que Washington y la Unión Europea presionan para una desescalada y Putin, cada vez más aislado, insiste en que fueron desoídos sus reclamos de seguridad. Y en medio de la crisis en la Argentina que provocó el hijo de la vicepresidenta, Máximo Kirchner, quien pateó el tablero y renunció a la jefatura del bloque oficialista en Diputados en desacuerdo con el entendimiento que pactó el Gobierno con el FMI para el pago de la deuda.
Comments