Rodolfo Antonelli asumió como interventor de un municipio devastado
Coronel Moldes: el pueblo castigado por los “políticos” que hoy quieren aparecer como “salvadores”.
Tras años de complicidades políticas espurias entre los dirigentes del partido justicialista que usufructúan eternizados las bancas legislativas y cuanta prebenda puedan conseguir de un Poder Ejecutivo Provincial idénticamente culpable del desastre que hoy vive el municipio y padece todo el conjunto de los habitantes de este bello pueblo del Valle de Lerma, en el Departamento La Viña, hoy por fin y como producto de una verdadera resistencia popular cuyos abanderados fueron los propios empleados comunales, puede vislumbrar una luz de esperanza.
Esto, dicho porque desde la tarde del miércoles ya desplazó del despacho de la intendencia que en los hechos detentaba el reelecto por tercer mandato consecutivo Osvaldo García merced al padrinazgo de los legisladores Esteban Amat diputado y Jorge Soto senador, el interventor designado por ley, el especialista en administración y programación de turismo Rodolfo Antonelli, de reconocida actuación en ese rubro y pertenencia al sector del justicialismo salteño que lidera el hoy vicegobernador Miguel Isa.
Y la insistencia en resaltar esa tutoría política de esos legisladores del departamento de La Viña no es en modo alguno una ocurrencia del periodismo, sino –por el contrario- la reafirmación de una denuncia que identifica el pensamiento mayoritario del pueblo de Coronel Moldes a raíz de la campaña mediática propiciada por ambos para intentar –vanamente- “aparecer” como los “salvadores” del naufragio del municipio al presentarse ellos como propiciadores de la intervención a su protegido y ex socio electoral García en cuanta elección ellos necesitaban de sus votos conseguidos mediante un padrón de cautivos de los planes sociales y los habituales favores que en realidad debieran ser servicio y no dádivas a cambio de apoyarlos en las urnas.
Ello sin dejar de recurrir en cada elección a las mañosas maniobras electoralistas de la multiplicidad de listas “locales” pero eso sí con el requisito ineludible de votar coincidentemente por los mismos candidatos/ padrinos“de arriba”.
Fueron ellos –denuncian colectivamente los moldeños- los que en cada elección proveían de dinero, mercaderías, planes y beneficios sociales a los más necesitados y a sus amigos para asegurar ese caudal de votantes rehenes de sus “favores”.
Rodolfo Antonelli tiene ahora en juego su bien ganado prestigio de funcionario y hombre público identificado con el peronismo salteño en una gestión que por cierto confía y se compromete a cumplir: ordenar el desastre administrativo y falta total de los más elementales servicios que debe prestar un municipio.
Mencionar las cifras del descalabro económico y financiero que suman deudas salariales, a proveedores y de anticipos de coparticipación otorgados por sus cómplices del gobierno provincial a cambio de su condición de “socio” o siervo electoral, llevan a la conclusión que todo es un escándalo. 14 millones por un lado; otros tantos por otro…. Y para coronar la “obra” del titular de la intendencia y sus cómplices, la absoluta seguridad de un común denominador de corrupción tolerada por los “jefes” y hasta aquí absolutamente impune.
La corrupción, tema que seguramente el interventor Antonelli ha incluido en su memorial de análisis y condiciones indispensables para poder aceptar el desafío del cargo que se extenderá hasta las elecciones del año 2017. Menuda tarea.
Es de suponer que un interventor que se precie de tal, es decir de autoridad aunque llegue al cargo como un remedio constitucional pero provisorio, no se dejará enredar en las telarañas de la política de los que en definitiva son asaltantes de la política pues no saben ni conocen ni se interesan en conocer sus normas morales y éticas.
Telarañas que sin lugar a dudas ya le estarán tejiendo en su torno los interesados en no perder sus actuales privilegios y prebendas que aún les brindan como un paraguas protector altos niveles del gobierno provincial.
Así es como este miércoles, cuando el vicegobernador Miguel Isa tomaba juramente a Rodolfo Antonelli ponderando sus virtudes como persona y como funcionario que lo acompañó en su gestión de intendente durante años, destacándose por su capacidad de trabajo y para la solución de los problemas de los ciudadanos a los que todo mandatario debe servir, el pueblo de Moldes vio encenderse por fin una luz de esperanza.
Quieran estos hombres que aceptaron el desafío de servir al pueblo. De no volver a defraudarlo. Ni robarle.
Para la nueva conducción le cabe –entre tantas otras como restablecer los servicios públicos que le competen al municipio- auditar todos los procesos licitatorios (si los hubo) y de contrataciones o compras directas. Y, obviamente, informar al vecino sobre los resultados.
Finalmente, un párrafo especial dirigido al flamante interventor en su reconocida condición de especialista en materia turística: la confianza en que seguramente ya tiene en su plan de trabajo un capítulo para por fin también comenzar a desarrollar en toda la región vinculada a ese mágico paraíso que es el Dique Cabra Corral y sus zonas de influencia una verdadera política de promoción y desarrollo turístico. Un capital hasta aquí poco y nada aprovechado. Más bien desperdiciado.
Y ello con una primera invitación al señor Antonelli, que ingrese con su automóvil por el corto tramo que conecta la ruta 68 que lleva a Chafállate y todos los Valles Calchaquíes con la zona de Finca Santa Anita donde está instalado el Primer Museo del Tabaco de la Provincia y la región y continúa hasta volver a la ruta que lleva hacia el murallón del Dique para continuar camino a los maravillosos paisajes y cauce del Río Juramento, en la conocida “Curva del Parador de don Juan Muratore” otro anfitrión y promotor incansable del turismo de la zona.
Eso sí… que luego de la experiencia, el interventor nos cuente cómo encontró el camino sobre cuyo estado estalló en las redes sociales y en algunos medios periodísticos como este semanario una verdadera lucha reclamando por su abandono y peor aún por la negativa absurda de las autoridades de “dedicarle” un par de horas de motoniveladora.
En fin… con este tema aparentemente secundario, sólo tiene una más de los centenares de temas de la agenda que ya empezó a atender, con indiscutible entusiasmo.
Y fundamentalmente con un enorme e ineludible Compromiso ante todo un pueblo.