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El caldero judicial y el huevo de la serpiente. Cristina tiene miedo.

Cristina tiene miedo, y huye hacia adelante, con el ariete del insulto altisonante, los empujones y escupitajos de los militones, y el improperio en boca de sus legisladores

La cosa está a mil

Doña Clota vino con su cuchara de sopar cuando nadie la llamó; “¿Vio Profe que el doctor Macri está mandando en capacha a todos los kirchneristas...?” Ahí nomás le paré la chata dejándola suspendida de su escoba: “Mire vea doña, tres cositas le quiero corregir, si me permite; primero, don Macri no es doctor, porque es ingeniero, segundo, no es ni policía ni juez para mandar a prisión a nadie, y tercero, debiera usted aclarar a cuáles kirchneristas se refiere”. Mudita, no por respeto, sino porque no entendió una pepa, siguió su viaje hacia el patio maltratando a la escoba, al mismo patio y al tortugo que distraído paseaba por ahí.

Pero en mi corazón y en la mente la perdono a la Vieja, lo que no me exime de aleccionarla. Es tan espectacular la movida de los jueces federales, por hoy, que no dan abasto con los procedimientos procesales poniendo en capacha, como dijo doña Clota a algunos de los grandes del régimen que da coletazos de los grandes como tiburón en la línea. Es ahí donde se mezclan las cosas para la percepción sencilla y popular; desde las promesas electorales de sanear la corruptela, hasta las citaciones federales a los Báez, padre e hijo, su equipo técnico del contador Pérez Gradín con el abogado Chueco, el arrepentimiento de Fariña, las citaciones de imputación de los Kicillof y De Vido y la mismísima Fernández Vda. de Kirchner, no más que un jeme que mide en escala comparativa de tiempo, sólo 120 días corridos, que parecen nada pero que han sido densos. Y eso que falta una lista así de larga para el casting federal.

Es que los jueces, motivados por un viral acceso de Justicia y la oportuna aparición de un video de golosos contando plata de la buena, y mucha, pusieron primera cambiando a segunda a altísimas revoluciones, como en la largada la fórmula 1, meta ruido y movimiento. Ante esto, ¿...qué puede pensar don Sencillo Deapié, sino que llegó el mesías prometido? Lo escuché al pasar, al veterano: “Tá poniendo güevos, don Macri”. El hartazgo que nos propinó el manoseo autoritario y el uso indebido de la pobreza para crear clientela, sumando a ello el desquicio en que sumieron a la República pisoteando el sagrado recinto de la Justicia [recordar al fiscal Campagnoli, por caso, o la tragedia de Nisman, o la ruleta trabada de sortear jueces federales, que siempre hacía bingo en el nombre de Oyarbide, cuando de salvar el pellejo se trataba, salvándolo]; reformando de hecho la altiva función legisladora del Congreso republicano hasta convertirlo en el salón del sello “cúmplase” para las órdenes recibidas desde arriba [léase del gobierno administrador del presupuesto nacional, de las relaciones internacionales, de la información pública, etcétera], cuando bien sabemos que la Democracia sabiamente pone a cada uno de los Poderes populares en un lugar adecuado, en el que, mire vea paisano, el Ejecutivo está por debajo de la soberana Justicia y del soberano Congreso de los diputados y senadores.

Toda la corrupción, toda, movió los engranajes para que esto nos lleve puestos al carajo a todos: A don Sencillo, a doña Clota, vos, yo, nosotros, aquellos... menos ellos. Por eso, el actual presidente legal y legítimo del gobierno administrador de la República, también observa que la cosa está a mil, y los de a pie creemos que está en la botonera de empujar jueces. Pero no es así; dejando un jerónimo de margen para la duda, y dando crédito a que los jueces federales están obrando según su buen saber y entender.

Resulta Imposible pensar que en Democracia, el presidente del ejecutivo esté manipulando a los Jueces. El que crea que es así, pues que muestre pruebas.

La señora Fernández tiene miedo

Habiendo puesto en caja a Doña Clota aclarando sus dichos, lo que ligó también Don Sencillo, paso a dar revista de lo que hay por hoy en la política nacional, que sin estar a mil, por lo menos está a 910, que no es poco.

Mientras la UCR clama por su espacio en la nueva alianza que gobierna y que se llama Cambiemos, porque parece que el changuito Peña se llevó por delante a Sáenz que era número puesto como Jefe de gabinete, haciendo lo propio con Lilita y otros cuantos, Macri coquetea con el Gran Novio de la tierra de Güemes, en una suerte de peronización [pero no tanto] de su propia persona, habiendo hecho lo propio con Massa, que haciendo gala de una buenísima cintura está esquivando quedar pegado con algunas cositas de la gestión algo non sanctas para el corazón peroncho y popular. Mientras la tropa del General reacomoda sus mandos purga de por medio para botar al cristinismo; mientras, también, la cáfila K del Congreso nacional sufre la deserción de arrepentidos, oportunistas y porqué no, de algunos consecuentes con la República...

Mientras todo eso sucede, doña Cristina Elisabet tiene miedo.

La contumacia puede ser fatal

Es así nomás; doña Cristina está organizando un nuevo espacio nac&pop para borrar lo que es FpV de espantosa memoria. Sobre todo ahora, que los desertores la miran a la cara diciéndole “...y buéh, nos vamos porque no queremos quedar pegados...”, y migran a un retorcido pero concreto bloque justicialista, aunque los hay como el senador Pichetto, que hicieron público mea culpa con ética republicana incluida, con su verba magistral y en buena hora, y los que quedaron en cintura del FpV se entiende, muditos y a la espera no se sabe muy bien de qué acontecimiento, que siguen chicaneando y es interesante observar que entre ellos hay los que se visten de fueros para zafar lo que se pueda, como De Vido y Kicillof, y algún otro que se escapa de esta lista, pero entró en la boleta de las elecciones legislativas al solo efecto de protegerse.

Hay que preguntarse qué sentido tiene esta propuesta de la presidente mandato cumplido, de apoyarse en el pueblo [entendido por ella así el grupazo choripanero, insultador y patotero que le hace palmas a sus pasitos de baile balconero], que no es el Pueblo ¿se entiende? Fue en el acto político que se mandó frente a las mismas barbas de la Justicia federal, improperios incluidos, como si no existiera para Ella ningún requerimiento republicano de investigación judicial, e insultó a la Justicia [inquisidores, dijo]. Y allí mismo espetó que se agrupará con el Pueblo en lo que llamó [eufemismo, puro eufemismo, como se verá enseguida] “frente ciudadano” omitiendo puntillosamente hablar de su propia autoridad [“lo más amplio posible”, dijo más o menos], configurando reuniones con los dirigentes y legisladores de propia tropa, incluyendo esto la realización de una reunión en Salta.

Por qué eufemismo: Porque es el huevo de la serpiente de algún tipo de formación de cuño neofascista que puso a incubar, desconocedor de leyes, del orden público e instituciones democráticas, lo que se mostró en las zamarreadoras y zamarreadores de periodistas, patoteros y patoteras de uniforme azul ese mismo día ante la vista y paciencia del Pueblo y sus agentes del orden público, y si quiere Doña Clota, ante los mismos jueces que la requieren. Lo mismo que Hitler hacía con sus siniestras SA [Sturmabteilung: Grupos de choque provocadores en los actos políticos nazis], Franco con sus Brigadas Político-Sociales golpeadoras a mansalva, y Mussolini con sus Camicie nere [camisas negras] secuestradores y asesinos. Por eso, lo de “frente ciudadano” es un mero eufemismo. Hitler llamaba oficialmente, eufemísticamente, a las SA, “División Gimnástica-Deportiva” del partido, y vestían siniestras camisas pardas. Esto, sin olvidar que hay formaciones de uniforme pardo, entre las huestes destructoras, incendiarias y asesinas de la Túpac Amaru.

Cristina tiene miedo, y huye hacia adelante, con el ariete del insulto altisonante, los empujones y escupitajos de los militones, y el improperio en boca de sus legisladores.

A mil, la Justicia, y la barbarie a la vuelta de la esquina

No es alarmismo, esto. Está enunciado ya dondequiera hayan desafiado públicamente los D’Elía, las Bonafini, los Esteche, los Heller, los Kunkel y tanto troll facebuquero que se mete en nuestras casas, de ir presos ellos, antes que Cristina; ¿se imagina Don Sencillo? pura consistencia de bosta violentera que augura malos ratos a la convivencia ciudadana. ¿Qué opina Dona Clota...? Deseo que a partir de la lectura de la presente misiva, quiten de su mente que el gobierno, como destino trágico para la República, debe manipular a los Jueces. Eso, solamente para dejar espacio libre para interpretar tanta violencia; la que hay, y la que se está incubando en el huevo de la serpiente.


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