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El extenso y sinuoso camino de Urtubey

Juan Manuel Urtubey, el gobernador de Salta, ya puso proa hacia la Presidencia de la Nación en 2019.

Sin pausa y con prisa, el mandatario salteño comenzó a transitar el largo y empinado camino que lo conduce hacia Balcarce 50, calle de Capital Federal, al que espera arribar un 10 de Diciembre dentro de cuatro años.

Convencido que éste es su momento para instalar su figura en el orden nacional en general pero en particular en el “Mundo PJ”, inició su periplo y para ello, deja, al menos en la teoría, las cosas de su provincia organizadas.

Urtubey, un hombre nacido para la política, ha entendido, primero que muchos, que sus chances presidenciales para dentro de cuatro años necesitan afianzarse ahora, cuando todavía el recientemente elegido presidente, Mauricio Macri, no aprendió siquiera a conocer los rincones de su despacho.

Entiende que si quiere estar en la pelea por la presidencia dentro de 48 meses, tiene que librar varias batallas y de esas, la más importante es la que tendrá que protagonizar en el patio de su casa, es decir, en el peronismo.

El Gobernador, fue uno de los primeros en salir a apoyar públicamente la candidatura de Daniel Scioli en tiempos de campaña política y ahora, con un Scioli derrotado, hay quienes aseguran que aunque sabía que perdería ante el ahora presidente Macri, igual lo hizo consciente que la derrota sciolista significaría su tiempo para salir a escena conduciendo una “ambulancia” en la que comenzaría a recoger los restos de un peronismo herido que comenzaría rápidamente, como los reptiles, a desprenderse de su piel kirchnerista como antes había ocurrido con la piel cafierista, menemista y duhaldista.

No se equivocó en su lectura.

Un Scioli entregado mansamente a las manos de Cristina y su gavilla de facinerosos, terminó perdiendo, aunque no por mucho pero perdiendo, con el candidato de Cambiemos y con ello abrió, como una “Caja de Pandora”, la discusión interna pejotiana en la que, y más allá de lo que digan y se ilusionen algunos fanáticos camporistas, su líder y conductora, Cristina, ya no tiene nada para decir y protagonizar.

Por eso Urtubey, con celeridad, salió a distanciarse de todo lo que tenga tufillo K y fue uno de los más entusiastas gobernadores del PJ que se mostró dispuesto a apoyar al nuevo presidente constitucional de los argentinos.

No le fue difícil, salir a proclamar que había que apoyar al nuevo Jefe de Estado y a pedir y convencer a sus pares e intendentes partidarios, que eso es lo mejor para el país pero también para el peronismo y para él.

Pronto, su figura fue recibida, como decía Ricardo Balbín, “con confianza en la escena nacional” y su nombre empezó a repetirse, desde entonces, más de una veintena de veces al día en los medios de comunicación, por parte de ministros, legisladores y funcionarios macristas.

Esto ocurre porque ya lo toman como el ejemplo del adversario “civilizado”, que hará oposición pero racional y no “limará” la rama del árbol donde están sentados tanto el Presidente como los Gobernadores, sean del signo político que sean.

En este nuevo escenario que lo tiene como un gran protagonista, Urtubey da sus primeros pasos en el extenso peregrinaje que le espera.

Por eso, ha dejado en su provincia a su hombre de mayor confianza, Carlos Parodi, al frente de la administración pública.

Con él allí, saldrá tranquilo a recorrer el país para atar acuerdos, desplegar sus ideas acerca del peronismo versión siglo XXI que hay que construir, y a la vez hacer que los argentinos, todos de ser posible, lo conozcan.

Persuadido que su figura es una de las que el “pueblo” peronista considera “potable” para lo que viene, entiende que debe, por sobre todo, sentar sus reales en la provincia de Buenos Aires a través de alianzas estratégicas, por eso es que ese territorio será en el volcará sus mayores esfuerzos.

También, y desde hace rato trabaja en eso, no descuida a sus pares de cada provincia con los que formará, más temprano de tarde, la “Liga de Gobernadores Peronistas” que tendrá una influencia fundamental en la tarea legislativa aportándole gobernabilidad al presidente Macri.

“Ahora es tiempo de apoyar a Mauricio (Macri). Darle garantías que podrá gobernar sin sobresaltos y lejos de los “loquitos” mesiánicos de La Cámpora que no entienden que su tiempo y el de Cristina ya fue. Más tarde vendrá el tiempo de mostrarnos como alternativa”, dicen, sus más allegados, que es el comentario que por estas horas se le escucha repetir con asiduidad.

“El año 2016, será para que los argentinos, de La Quiaca a Ushuaia, lo conozcan bien y lo identifiquen como un dirigente peronista moderno, moderado, firme en sus convicciones y sus ideas, tolerante, democrático y sólido”, sostiene uno de sus más cercanos asesores en materia política.

Si se analiza su estrategia política, es posible decir, por ahora, que está bien encaminada pero para poder llegar bien posicionado a la elección intermedia legislativa de 2017, tiene que mostrarle a los salteños y a los argentinos en estos dos años que vienen, gestión en su provincia.

Por eso les exigió a los funcionarios que eligió para que lo acompañen en esta “patriada” de su tercer mandato, el máximo grado de compromiso.

Las preguntas surgen solas: ¿Lo harán?, ¿Les “dará el cuero"?…

Urtubey, por intermedio de Parodi, tendrá que ser el primero en saberlo.

Si se observa a los actores de esta obra “peruca”, deberíamos concluir que dentro de su partido no tiene rivales de fuste a la vista.

Sergio Massa, con su idea de impulsar la candidatura del cordobés, José Manuel de la Sota, es lo más “peligroso” que asoma, pero hay quienes afirman que no está en la idea del ex candidato presidencial por UNA, disputar espacios en el peronismo sino consolidar su frente electoral con el que ha conseguido, junto a otro salteño, el intendente capitalino, Gustavo Sáenz, más de 5 millones de votos.

“No creo que Sergio (Massa) vaya a meterse en el quilombo que es el peronismo. Él obtuvo tamaña cantidad de votos en las elecciones, que han llegado desde el peronismo, el radicalismo y de muchos independientes que se desilusionarían y lo abandonarían si va a pelear la interna peronista”, sostenía un operador del hombre de Tigre en el norte.

Para un escudriñador avezado de lo que viene, los tres dirigentes por donde pasará la política en los tiempos mediatos por venir, serán: Mauricio Macri por Cambiemos; Sergio Massa por UNA y Juan Manuel Urtubey por el Partido Justicialista.

El salteño parece entender esto, por eso se ha largado, ya, a la conquista de su partido.

No será tarea sencilla.

Un extenso y sinuoso camino le aguarda recorrer.

Quienes lo conocen, aseguran que ya está munido de un cómodo y resistente calzado para hacerlo.


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