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Por Matías Moreno
LA NACION
Gerardo Morales fue electo hoy como nuevo presidente de la Unión Cívica Radical (UCR). El gobernador de Jujuy fue ungido por unanimidad como jefe nacional del radicalismo, tras cerrar una acuerdo con el sector que lidera el senador nacional Martín Lousteau. Tras pactar una lista de unidad, el economista fue elegido como vicepresidente segundo del comité nacional de la fuerza.
Como parte del acuerdo, Morales y Lousteau iniciarán un debate interno para lograr la reunificación del bloque de diputados de la UCR, que se fracturó la semana pasada tras la fallida negociación por el reparto de cargos. “No seríamos demócratas ni militantes de la UCR si no tuviéramos diferencias. La capacidad de diálogo nos permitió lograr consensos”, enfatizó Morales, quien se estrechó en un abrazo con Lousteau antes de subir al escenario. “Pensaron que iban a volar sillas en este plenario”, bromeó.
Morales llamó a cuidar la unidad de Juntos por el Cambio y ratificó que pretende que un candidato presidencial del radicalismo llegue al poder en 2023. A su vez, cuestionó con dureza al Gobierno de Alberto Fernández. “Tenemos que trabajar en un plan de gobierno para ofrecerles a los argentinos”, resaltó. Aunque reconoció que hay diferencias ideológicas con socios de la coalición opositora.
“Desde el radicalismo necesitamos hacer un aporte moderno. Tenemos que tener un plan desarrollista y productivo, que sea federal”, sostuvo. Y remarcó que no quiere una UCR “atrapada en las diez manzanas de la Capital”. “El plan de gobierno debe venir desde la periferia hacia el centro”, continuó. Por otra parte, señaló: “Gracias Martín por la actitud y perdón por el exabrupto”. Se refirió, de ese modo, al encuentro entre ambos que terminó con un vaso volando por el aire.
A su vez, Lousteau dijo: “Soy un afiliado nuevo; mi afiliación fue producto de una elección ideológica, historia y filosófica que contempla la emoción y la razón y lo hice después de representar al partido en PASO”. El senador porteño agregó: “Tenemos que hacer un radicalismo tan fuerte que tenga más de tres gobernadores, un presidente radical e intendentes a lo largo y ancho del país y así pueda llevar adelante nuestra propuesta”.
En el plenario radical quedó establecido que la vicepresidenta primera será la bonaerense María Luisa Storani, mientras que el porteño Daniel “Tano” Angelici consiguió una silla en el Comité Nacional. Morales fue ungido presidente del partido y sucede al senador nacional Alfredo Cornejo, exgobernador de Mendoza y presente hoy en el comité de la calle Alsina. “Es y será un orgullo para mí haber presidido este glorioso partido. Me siento halagado de haber sido intendente y gobernador, electo por el pueblo de Mendoza. Pero más halagado me siento por haber sido presidente del Comité Nacional, el mismo que abracé con mi afiliación en 1983″, dijo Cornejo.
Según precisaron fuentes radicales a LA NACION, Morales avanzó el acuerdo con el sector de Lousteau, quien recolectó el apoyo de unos 40 delegados partidarios, y abrió una vía de negociación para que los 12 diputados de Evolución Radical, espacio que conduce Rodrigo de Loredo, regresen a la bancada de la UCR.
Con este pacto, el sector de Lousteau se quedó con seis de los quince lugares de la mesa de conducción de la UCR. Lousteau ocupará una silla, confirmaron a este medio cerca del economista. Además, el senador ocupará un lugar en la mesa nacional de Juntos por el Cambio en representación del radicalismo.
Morales, en tanto, se comprometió a rediscutir el reparto de autoridades en el bloque de diputados para darle lugar a los referentes de Evolución Radical. Alfiles de Morales prevén que la bancada podría unificarse en marzo. También se debatirá el “funcionamiento” de la bancada para que tengan protagonismo los “renovadores”. Así, la UCR intenta dar un señal de unidad tras el cortocircuito de la semana pasada.
Las negociaciones para acercar posiciones entre Morales y Lousteau se aceleraron durante las últimas horas. Los encargados de las tratativas fueron Ernesto Sanz, uno de los emisarios de Morales, los líderes de Evolución y los gobernadores. “Esto se cerró cuándo Morales y Sanz entendieron que se tenían que sentar a acordar con Lousteau y Yacobitti”, dicen desde el campamento de Evolución.
“Primero, tenemos que ver qué delegados pueden votar. Después, el que más tenga gana”, anticiparon desde las filas de Lousteau. Es que hay provincias donde el partido está intervenido o donde hay delegados con mandatos prorrogados, por lo que en la cúpula del partido temen eventuales cuestionamientos en la Justicia a la realización de los comicios. Cada provincia está representada por cuatro delegados titulares y dos suplentes. A ese grupo se suman los emisarios de las organizaciones partidarias (Juventud Radical, Organización de Trabajadores Radicales y Franja Morada).
Con la mira en la Casa Rosada, Morales repite que la UCR tendrá un candidato a presidente competitivo en 2023. Tras asumir su cargo, buscará rediseñar la mesa nacional de la coalición. Mañana, afirmaron cerca del jujeño, tiene previsto verse con Mauricio Macri. A su vez, quiere sumar a sectores del PJ no kirchneristas.
La interna radical se desató la semana pasada en la Cámara de Diputados, Emiliano Yacobitti, principal ladero de Lousteau, buscó desplazar a Mario Negri, aliado de Morales, de la jefatura del bloque radical. Yacobitti argumentó que la UCR debía darle un mayor protagonismo a las nuevas figuras que emergieron de las legislativas y que podrían competir por gobernaciones en 2023, como Rodrigo De Loredo, quien superó por amplio margen a Negri en la interna cordobesa.
Tras la fallida negociación, el sector de Lousteau decidió crear la bancada Evolución Radical, que preside De Loredo. La jugada enfureció a Morales, quien dijo que Lousteau busca “debilitar” a la UCR para entregarle el partido a Horacio Rodríguez Larreta, socio del economista en la Capital. El economista, en tanto, entiende que Morales es funcional al Gobierno -sospechan de las ausencias de sus legisladores en el Congreso en votaciones clave para la Casa Rosada- y que pergeña una alianza con Sergio Massa.
El ala tradicional acusa al sector de Lousteau por los incidentes en la elección de la nueva presidenta de la Juventud Radical y por haber judicializado las internas en Córdoba y Buenos Aires. La crisis interna en la UCR se coló durante el debate por el presupuesto 2022: hubo pases de factura entre los espacios radicales por la estrategia legislativa. En Pro despotricaron contra sus socios por las dificultades que genera la escisión del espacio en la coordinación del interbloque.
Tras la pulseada con Morales, Lousteau buscará darle una mayor “organicidad” a su fuerza, Evolución, y apostará a expandirla por el interior del país. El senador insiste en la necesidad de llevar a JxC hacia el centro. Por esa razón, pretende incorporar “identidades” para recuperar a los “defraudados” con Macri. Piensa en Pablo Javkin, entre otros, y rechaza de plano sumar a los libertarios. En paralelo, aspira a que JxC deje de tener “una visión muy porteño céntrica”.
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