Víctimas de la Tupac Amaru relataron el violento accionar de Milagro Sala en Lanata Sin Filtro
Carmen Rosa Fernández e Ivana Cecilia Velázquez visitaron Lanata Sin Filtro y relataron lo que sucedía dentro de los barrios de la Tupac Amaru.
Víctimas de la agrupación política Tupac Amaru liderada por Milagro Sala visitaron Lanata Sin Filtro para denunciar la realidad de una organización paraestatal que maltrató y torturó a muchos de sus integrantes, como por ejemplo: Carmen Rosa Fernández e Ivana Cecilia Velázquez.
“Nosotros teníamos que devolverle del plan que cobrábamos, una cuota a Milagro” -un 20% del total-, contó Fernández en Lanata Sin Filtro, quien agregó que “desde el principio nos fue creando este miedo, empezó ella a golpear y mandar a la gente, ella tenía toda la autoridad y sino, no podíamos hacer nada“. Dentro de los barrios de la Tupac Amaru, “si llegábamos a ver un policía nos decían que no los dejemos entrar, acá mandamos nosotros“, relató una de las víctimas.
Luego, Carmen Rosa Fernández habló sobre cómo maltrataban a los integrantes de la organización: “Citaba a tal persona, lo ponía en la cancha y lo golpeaba. Si nosotros llegábamos a mirar también nos podía golpear. Se llamaba “el psicólogo el cuarto en que te encerraban y te golpeaban. A mí me dejo desmayada, me tiró agua para que me levante y me volvió a golpear, todavía no me pude recuperar, quede mal de ovarios y con la columna torcida. Después me dijeron que me quede callada“. Encima, luego de la golpiza la echaron de su propia casa: “Pasado una semana me reventaron todo en la casa, los muebles, todo. A mi hijo me lo levantaron y me lo tiraron como un perro. Y me sacaron de mi casa y me tiraron con lo poco que tenía en la avenida“.
Por otro lado, otra de las víctimas, Iavana Cecilia Velázquez contó cómo Milagro Sala maltrataba hasta a las chicas embarazadas: “Le golpeaba a las chicas embarazadas, y decía así se educa a las vagas de mierda“. Luego, narró de que manera a ella y a su hijo también fueron golpeados y les implantaron droga en su propia casa: “Me llevaron en un patrullero porque me dijeron que habían robado en mi casa. Dentro del patrullero eran todos de la Tupac. Me mintieron que me habían robado, entraron a mi casa y lo golpearon tremendamente a mi hijo. Me implantaron cuatro paqueres verdes en la mesa de mi casa y me dijeron, no ve lo que tiene ahí. Desde ese día mi hijo está perdido, un día quiere vivir y al otro día no quiere vivir más“.
Las dos concuerdan que ahora, con Milagro Sala presa, la realidad ha cambiado pero que ni el miedo ni las amenazas han terminado: “Ahora se puede sacar las denuncias, se puede exigir a la justicia. Es más tranquila la ciudad, pero el miedo está. El otro día casi me matan a mitad de la ciudad”, contó una de ellas.