El día que Montoneros abandonó el peronismo
El último discurso de Perón presidente el 1 de mayo de 1974
En una nueva conmemoración que todos los pueblos merecerían de plena celebración por el logro de vivir en democracias sin las deudas sociales de marginalidad y pobreza como las actuales, la evocación del Día del Trabajo o Día de los Trabajadores -como prefiera denominárselo- resulta oportuno a la luz de la historia recordar el último discurso del mayor líder popular de los argentinos, Juan Domingo Perón, entonces como presidente de los argentinos, aquel 1 de Mayo de 1974, a pocos días de su desaparición física. Esta crónica donde se buscó la mayor fidelidad a lo sucedido en la Plaza de Mayo, donde la agrupación Montoneros abandona el peronismo; incluye textualmente las interrupciones de ese sector hasta entonces militante en el movimiento nacional justicialista, y abandona el mismo. Es esta la crónica de ese día que quedó inscripto en la historia como el postrer mensaje del general Perón.
“Compañeros: Hace hoy veinte años que en este mismo balcón, y con un día luminoso como este, hablé por última vez a los trabajadores argentinos. Fue entonces cuando les recomendé que ajustasen sus organizaciones, porque venían tiempos difíciles. No me equivoqué ni en la apreciación de los días que venían ni en la calidad de la organización sindical, que se mantuvo a través de veinte años, pese a estos estúpidos que gritan…”
¡Qué pasa, qué pasa, qué pasa, general, está lleno de gorilas el gobierno popular! – ¡Se va a acabar, se va a acabar, la burocracia sindical!
“Decía que a través de estos veinte años las organizaciones sindicales se han mantenido inconmovibles, y hoy resulta que algunos imberbes pretenden tener más méritos que los que lucharon durante veinte años…”
¡Qué pasa, qué pasa, qué pasa, general, está lleno de gorilas el gobierno popular!
“Por eso compañeros, quiero que esta primera reunión del Día del Trabajador sea para rendir homenaje a esas organizaciones y a esos dirigentes sabios y prudentes que han mantenido su fuerza orgánica, compañeros que han visto caer a sus dirigentes asesinados, sin que haya todavía tronado el escarmiento…”
¡Rucci traidor, saludos a Vandor! – ¡Qué pasa, qué pasa, qué pasa, general, está lleno de gorilas el gobierno popular! – ¡Montoneros, Montoneros, Montoneros!
“Compañeros, nos hemos reunido durante nueve años en esta misma plaza, y en esta misma plaza hemos estado todos de acuerdo en la lucha que hemos realizado por las reivindicaciones del pueblo argentino. Ahora resulta que, después de veinte años, hay algunos que todavía no están conformes de todo lo que hemos hecho…”
¡Si este no es el pueblo, el pueblo donde está! – ¡Conformes, conformes, conformes, general, conformes los gorilas, el pueblo va a luchar! (En este momento comienzan a retirarse las columnas de Montoneros y Juventud Peronista que tras su ausencia se calcularon en casi un tercio de la concurrencia que asistió con fervor militante a la plaza)
“Compañeros, anhelamos que nuestro movimiento sepa ponerse a tono con el momento que vivimos. La clase trabajadora argentina, como columna vertebral de ese movimiento, es la que ha de llevar adelante los estandartes de nuestra lucha. Por eso, compañeros, esta reunión, en esta plaza, como en los buenos tiempos, debe afirmar la decisión absoluta para que en el futuro cada uno ocupe el lugar que le corresponde en una lucha que, si los malvados no cejan, hemos de iniciar…”
¡Conformes, conformes, conformes, general, conformes los gorilas, el pueblo va a luchar! – ¡Aserrín, aserrán, es el pueblo el que se va!
“Compañeros, yo deseo que antes de terminar estas palabras, llegue a toda la clase trabajadora argentina la gratitud y el agradecimiento del gobierno por haber sostenido un pacto social que será salvador para la república…”
¡Conformes, conformes, conformes, general, conformes los gorilas, el pueblo va a luchar! – ¡Aserrín, aserrán, es el pueblo el que se va!
“Compañeros, tras ese agradecimiento y esa gratitud puedo asegurarles que los días venideros serán para la reconstrucción nacional y la liberación de la nación y del pueblo argentino… Repito, compañeros, que será para la reconstrucción del país y en esa tarea está empeñado el gobierno a fondo, que será también para la liberación, liberación no solamente del colonialismo que viene azotando a la república a través de tantos años, sino también de estos infiltrados que trabajan de adentro… y que traidoramente son más peligrosos que los que trabajan de afuera, sin contar que la mayoría de ellos son mercenarios al servicio del dinero extranjero…”
¡Aserrín, aserrán, es el pueblo el que se va!
“Finalmente compañeros, deseo que continúen escuchando a nuestros artistas, que también son hombres del trabajo, que los escuchen y los sigan con alegría, esa alegría de que nos hablaba Eva Perón a través del apotegma de que en este país los niños han de aprender a reír desde su infancia…”
“Queremos un pueblo sano, satisfecho, alegre, sin odios, sin divisiones inútiles, inoperantes e intrascendentes. Queremos partidos políticos que discutan entre sí las grandes decisiones…”
“No quiero terminar sin antes agradecer la cooperación que le llega al gobierno de parte de todos los partidos políticos argentinos…”
“Y para finalizar, compañeros, les deseo la mayor fortuna, y espero el 17 de octubre poderles ver la cara de nuevo en esta plaza.”