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Sube de tono la pelea entre “urtubeycistas” y “gustavistas”…

El clima político en Salta se elevó claramente en los últimos días.

La situación vivida en el CCM el viernes pasado a raíz de una protesta del gremio que nuclea a los trabajadores del municipio en la Unión de Trabajadores Municipales (UTM), puso sobre el escenario las diferencias cada vez más evidentes entre el gobierno provincial, que conduce Juan Manuel Urtubey, y el municipio capitalino a cargo de Gustavo Sáenz.

Los permanentes reclamos de recursos por parte del Intendente, quien reclama del gobierno de Urtubey el mismo trato que le dispensó a su antecesor, Miguel Isa, fueron y siguen siendo el principal foco de conflicto entre ambas administraciones.

A eso, se sumaron ahora los reacomodamientos políticos que se han comenzado a mostrar, aunque sin sonoras estridencias todavía, de cara a lo que será la elección de renovación legislativa el año venidero.

Pedro Serrudo, el titular de UTM, quedó en el medio de la tormenta por los hechos ocurridos durante el violento reclamo gremial que motivaron denuncias penales por parte de la Procuración Municipal, pero a la vez está considerado, por algunas fuentes “gustavistas”, como una especie de “instrumento” que mostró el urtubeycismo y también el isismo, para marcar sus diferencias con el actual gobierno capitalino.

Las fotos en la que aparece el gremialista junto al ex intendente y actual vicegobernador, Miguel Isa, y el ministro de Trabajo provincial, Eduardo Costello, dicen, desde la comuna, marcan la clara “jugada” política que se realizó con la inusual protesta, a fin de convulsionar la gestión del jefe comunal y esmerilar su imagen que, por estas horas y según fuentes informativas nacionales, estaría siendo considerada por el propio presidente de la Nación, Maurico Macri, para presidir la F.A.M. (Federación Argentina de Municipios), lo que daría un aval político importante para proyectar su figura, de nuevo, hacia los primeros planos de la política nacional y pavimentar su carrera política en la provincia mirando hacia la gobernación salteña en 2019.

Los alquimistas de la política, consideran que si esto finalmente ocurre, Sáenz tendrá un enorme aliado político: Macri, aparte de Sergio Massa, para pegar el gran salto desde el CCM hacia el Grand Bourg dentro de tres años y de esta manera quedarse con el liderazgo político provincial habida cuenta que, Juan Manuel Urtubey ya está, y seguirá jugando todas sus fichas en el plano nacional para suceder a Macri desde el peronismo.

Según estos analistas, para el gobierno provincial les resultaría “molesta” ésta sociedad política del intendente, por eso, sostienen que se hace necesario “pocearle” el camino y de allí que busquen complicarle la vida en su propio territorio.

Los funcionarios municipales, a través de diferentes medios, afirman sin complejos que desde la provincia buscan “perturbar” la gestión de Sáenz con “intendencias paralelas” y retaceos de fondos, con la intención de desgastar su imagen tanto adentro como afuera de la ciudad, la provincia y el país.

Sáenz, en tanto, sigue con los reclamos que a su entender son justos y despojados de cualquier intencionalidad política aviesa.

Por ejemplo, y ante el pedido de un préstamo de $ 800 millones que la provincia gestiona para realizar obras de infraestructura, el intendente capitalino dijo que si a los municipios les acercarían $400 millones, por lo menos $200 tendrían que venir a su ciudad por cuanto allí vive la mitad de los salteños.

Seguramente sus declaraciones deben haber sido considerados como una “chicana” y “pirotecnia” política que por estas horas cruzan ambos sectores.

Pero más allá de eso, lo que puede olfatearse en el ambiente es que ya existen aprestos para la batalla electoral que se avecina.

Esperanzados, tantos los gobiernos provinciales como los municipales que finalmente los tan esquivos fondos de Nación aparezcan de una vez por todas, aseguran que con la plata “fresca” van a mejorar gestiones, sobre todo, pero a la vez se podrá empezar a hablar de política y campañas electorales, en serio.

Con la Capital provincial convertida en el gran “ring side” de campaña, porque será allí adónde se librará la “madre de las batallas” comiciales, tanto Urtubey como Sáenz, a través de sus coroneles, ya delinean la estrategia de “combate”.

Desde el sector del gobernador, de a poco y sin prisa pero sin pausa, la figura de su hermano, José, hombre integrante de la poderosa UIA, recorre diferentes medios de comunicación con la idea, dicen lo que dicen saber, de “posicionarlo y hacerlo conocido” porque, afirman, será el principal nombre que Juan Manuel Urtubey lanzará a la arena política el año venidero, con la intención de eyectarlo hacia la gobernación en 2019.

“La misma sangre”, dicen irónicamente desde el predio de avenida Paraguay.

Cierto o no, la figura del ejecutivo es verdad que muy seguido aparece en programas y medios provinciales y nacionales afines a la gestión “U”, lo que alimenta la usina de rumores.

Por ahora, y mientras se espera la llegada de “la moneda” macrista, las especulaciones de índole política pasan por allí y existen muchos datos para sostener que no son un delirio.

Escuchando estos análisis y observando este escenario, un dirigente peronista del norte provincial, dejó, “para todos y todas”, vagando una reflexión inquietante: “Todo bien sobre Gustavo (Sáenz) y Juan (Manuel Urtubey) pero se están olvidando de alguien que tiene lo más importante en política: votos, y ese alguien es el “Oso” (Sergio Napoleón) Leavy que esta vez, ya sin Juan (Manuel Urtubey) en la cancha, saldrá a buscar la gobernación de Salta con una confianza absoluta.

¿Podrá ser?

El tema, interesante por cierto, no hay dudas que amerita y tendrá que ser asunto de otro profundo análisis.


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