¿Quién conduce el espacio político “Salta nos Une”?
La tranquila marcha de la gestión de Juan Manuel Urtubey en la provincia, producto de una oposición “mansa y tranquila”, como diría Piero, obedece, por sobre todo, a que el gobernador logró “entropar” apenas asumió su tercer mandato, a casi todos sus adversarios con el argumento de que es necesario que en Salta, al igual que en la Nación, haya una oposición racional que “garantice la gobernabilidad”.
Solamente el Partido Obrero (PO), siendo absolutamente coherente, mantiene su posición histórica de cuestionar con firmeza las políticas del oficialismo, pero aún así, no logra modificar el rumbo de las decisiones adoptadas desde las colinas del Grand Bourg.
Esa tranquilidad de la que disfruta hasta ahora el primer mandatario y su gobierno, puede afianzarse aún más por las pullas internas que parecieron en el principal bloque opositor a causa de la designación de un miembro que le correspondería nominar para que integre la Auditoría General de la Provincia.
Ese lugar debería ocuparlo, un integrante de quien es la segunda minoría con representación parlamentaria, es decir, del bloque en Diputados, “Salta nos Une”.
Pero, a causa de desencuentros entre los integrantes del conglomerado parlamentario a la hora de proponer un nombre, provoca que este hecho, que no debería traer complicaciones, aparezca ahora como el principal motivo para que el sector político implosione y genere incertidumbre sobre su destino futuro.
Más allá de estos entretelones, lo que comienza a aparecer en la superficie, es una disputa por el liderazgo y conducción del espacio político que nuclea a dirigentes y militantes políticos que en la última elección se opusieron a Juan Manuel Urtubey, el Partido Justicialista y al resto de los partidos que integraron el “Frente Justicialista Renovador Para la Victoria” que se recreó el año pasado en la provincia de Salta.
En “Salta nos Une”, confluyeron en su momento los llamados “romeristas”, conducidos obviamente por el senador nacional, Juan Carlos Romero; “Salta Somos Todos”, de Alfredo Olmedo; el “Partido Conservador Popular” de Guillermo Duránd Cornejo y los seguidores del entonces ya candidato a intendente, Gustavo Sáenz.
Fue así como luego de las elecciones, juntos constituyeron en la Cámara de Diputados de la provincia el llamado “Bloque Salta nos Une”, cuya presidencia recayó, por unanimida
Todo iba bien allí hasta que se necesitó proponer un nombre para la Auditoría.
Entonces surgieron dos nombres: el de Gustavo Ferrari, impulsado por los “romeristas” y el de Martín Diez Villa, promocionado por los “gustavistas”.
Para no hacer tan larga la historia, diremos que al final y luego de variados entredichos, el nombre que envió la Cámara de Diputados a sus pares legisladores del Senado provincial fue el de Ferrari, provocando la airada reacción de los diputados que responden a Gustavo Sáenz, aduciendo que ese no era el nombre representativo de todo el bloque sino solamente de algunos de ellos.
A pesar de eso, en los pasillos del Senado, ya se daba por descontado que, pese a la crítica de algunos diputados “gustavistas”, el nombre del ex ministro de la Corte de Justicia y ex Secretario de Seguridad de la Provincia, saldría aprobado con el apoyo del bloque oficialista que conduce el senador “Pucho” Jorge de Cerrillos.
Esto es lo que sacó a la luz las diferencias disimuladas hasta ahora que habitan en “Salta nos Une” y que, lo afirmó sin medias tintas un integrante de ese bloque, hará que se divida por lo menos en dos.
Por un lado quedarían los “romeristas”, con Alejandro San Millán a la cabeza, y por el otro los “gustavistas” con Jorge Guaymás y Guillermo Martinelli, como conductores.
Carlos Zapata, el otro diputado que tenía “Salta nos Une”, ya se escindió y siguiendo instrucciones de su conductor, Alfredo Olmedo, hace rato que volvió a darle vida al bloque de “Salta Somos Todos”.
Ante estos hechos, bien vale preguntarse como seguirá la historia de este espacio político habida cuenta que la elección del año 2017 ya se ha comenzado a sentir, aunque con mediana intensidad.
Los comicios del año venidero serán trascendentes para los principales actores de la política vernácula.
Por un lado, Urtubey necesita afianzar su liderazgo en la provincia pero sobre todo en Capital, y para eso necesita recuperar la banca de senador provincial que dejará vacante, Gabriela Cerrano del PO.
Para Sáenz, es igual.
El intendente capitalino, ganador en su territorio de las últimas contiendas electorales, será necesario que con un candidato de su riñonada, gane cómodo para ratificar su liderazgo y pueda mostrarle a su jefe político, Sergio Massa, que su poder sigue intacto y que la gestión al frente del municipio no lo esmeriló.
Para Romero, también es fundamental reafirmar la supremacía en Capital para así dejar en claro que la salida de Javier David, no los afectó en lo más mínimo.
Por eso es que en los próximos días, seguramente veremos cómo se reubican las piezas en este tablero de ajedrez político.
Si se habla con los hombres y mujeres cercanos a Sáenz, es común escuchar que en lo que a hace a liderazgo, el actual intendente salteño ya reemplazó al senador nacional.
“Juan Carlos Romero es una figura importante de la política salteña pero ya se está retirando, por eso es que naturalmente la conducción que él tuvo durante muchos años hoy la tiene legítimamente Gustavo (Sáenz)”, sostienen sin complejos.
Cuando escuchan esto, la dirigencia que acompaña a Romero sonríe y niega que este sea un dato de la realidad.
“Hay muchos que quieren jubilarlo a Juan Carlos (Romero), pero lo cierto es que todavía tiene cuerda para rato. Aparte nadie saca a nadie de la política por decreto o con simples deseos. Gustavo (Sáenz) es un buen dirigente pero para pasar a la categoría de líder y conductor, primero tiene que demostrarle a los salteños no sólo que es un buen intendente si no que el mejor y para eso tiene que mostrar gestión. Lleva recién cuatro meses. Veamos cómo está hacia finales del 2016 y entonces volvamos a charlar”, argumenta un reconocido hombre de las entrañas jucaristas.
Para las huestes de Sáenz, la “pipa de la paz” que fumaron Urtubey y Romero hace un tiempo atrás, los dejó a ellos a la intemperie y les hace deducir que deberán enfrentar, solitos, a los dos el año que viene.
“No somos tan giles para no darnos cuenta que estos dos (por Urtubey y Romero), se lo quieren fumar en pipa a Gustavo. No sería extraño que acuerden y se repartan los caros nacionales, provinciales y municipales en el 2017. Ya le están haciendo la vida imposible a Gustavo con intendencias paralelas y rompiendo el bloque de “Salta nos Une”, pero nosotros nos tenemos fe. Gustavo está acostumbrado a que lo caguen así que esto no sorprende. Estoy seguro que pasará lo del año pasado. Todos lo daban por muerto y sin embargo (Gustavo Sáenz) le ganó a Duránd Cornejo (Guillermo) primero, a Javier David después, lo eligieron intendente y luego fue candidato a vicepresidente de la Nación con Massa (Sergio). Mejor si se unen así les ganamos en el 2017 y los mandamos a la casa a los dos”, era la eufórica y triunfal reflexión que hacía uno de los dirigentes de base del jefe comunal.
Por ahora, pinta que así son las cosas por esos lares, pero para saber qué pasará y sacar conclusiones, todavía falta bastante. De todas formas, ya es bueno ir sabiendo cómo se va formateando el tablado político.
¿Quién quedará cómo conductor de “Salta nos Une”?, ¿Juan Carlos Romero o Gustavo Sáenz?
Esa es la pregunta que ni los propios integrantes del iglú político se animan a contestar por estas horas.
Es hasta lógico que así sea. Siempre se dijo que en política, hay que arriesgar lo menos posible.
No vaya a ser que un simple comentario, los deje afuera, a los lenguaraces, para todo el viaje.