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PJ “U” SALTA: ¡Para un peronista no hay nada peor que otro peronista…!

Fonseca sobre Godoy: “Cuando se pronuncia parece que largara gas lacrimógeno”

Que el peronismo salteño -al igual que el nacional- vive el mayor de los caos de su historia pero esta vez no por razones ideológicas como las de los años ‘60/’70, tiempos en los que sus dirigentes eran verdaderos exponentes de convicciones filosóficas y doctrinarias, a diferencia de los actuales donde la puja es -salvo excepciones que siempre existen obviamente- por ambiciones prebendarías de poder despojadas absolutamente de los valores sustanciales de la política y de toda actividad del ser humano, que son las morales y éticas, no es un secreto para nadie.

Basta un simple paneo sobre ambos escenarios para confirmar que lo dicho, y que es reflejo del pensamiento contundente de la mayoría del conjunto social del país respecto a su dirigencia carente del componente sustancial de la ejemplaridad, es el detonante de esa crisis del PJ (y otros partidos) que hoy se debate más sobre el fango que sobre escenarios donde la ciudadanía desearía volver a verlos como en otras etapas históricas que nos dejaron verdaderos ejemplos de lucha con sentido patriótico, democrático y republicano.

Un PJ nacional donde las estrellas rutilantes son el perdidoso candidato presidencial último y de teflón de Cristina Kirchner, Daniel Scioli, o Guillermo Moreno o para colmar la medida el ex vocero de una Cristina convencida de soberana, Jorge Capitanich, o algunos otros más, realmente no constituye un atractivo capaz de hacer presuponer una resurrección pronta del partido del justicialismo.

Premeditadamente en ese listado el cronista exceptúa al gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, porque no se asimila a las características de los mencionados que, conscientes de su devaluados nombres y opacas trayectorias pero sí procura con todas sus fuerzas y recursos instalarse día a día con mayor fuerza en el escenario nacional donde por supuesto la mira supera por lejos los límites de un partido y ajusta su lente con todo derecho en la aspiración, en la presidencia de la Nación.

Dicho en buen romance, y utilizando la caracterización que le acertara dar el talentoso Jorge Asís, nuestro Bello Otero no pierde de vista su jamás negada pretensión política.

Ello, aunque tuviera que atravesar fangales para nada gratos para su persona y de alto costo para los intereses de la provincia como sus vanos esfuerzos por mostrarse servil a Cristina Kirchner -y obviamente a Néstor- en los momentos de su mayor apogeo.

Los tiempos aquellos de un Urtubey que resignó su condición de gobernador por la de delegado y aplaudidor.

Los tiempos de su “kirchnerismo ad honorem” que no sólo lo marginó a él como valor político reconocido, sino que empantanó a la provincia en dos gestiones completas totalmente relegada, marginada, y hasta castigada por el poder omnímodo y arbitrario de la década estragada.

Un alto precio que para Urtubey se refleja en la herida abierta de su pésima elección en la Capital, donde ya no contó con un Miguel Isa de otros tiempos de fortaleza electoral y al que por el contrario sepultó en el nicho de la vicegobernación donde por dos períodos mantuvo frizzado a los despojos del Partido Renovador de propiedad de un Andrés Zottos que al asociarse al proyecto antiromerista de Urtubey del 2007 creyó que su paquete accionario sería, cuanto menos, de un 33 %, pero que en realidad sólo fue del 0,33 con más el obvio “plus” de “algunos negocios” más personales que para el interés del conjunto de los renovadores de convicción.

Hoy, el PJ sigue siendo gobierno pero a ninguno de los que están en sus opacas marquesinas y ya miran las elecciones parlamentarias del año que viene y las generales del 2019 para nada lejano, cree que el partido, así como está puede pretender jugar y ganar en primera, dicho esto utilizando el lenguaje futbolero que todos entienden.

Así como están hoy las cosas “en la cúpula”, donde poco lucen y carecen en absoluto de vuelo propio (ni hablar de historia política salvo los Godoy, los Martinelli, y otros históricos de veras) es decir los Parodi, los Rodríguez, los David, y todos los planteles de ex y nuevos golden boys, creen que la perspectiva es buena. Entiéndase, la perspectiva que San Juan Manuel los bendiga.

Máxime sabiendo que los puntales que fueron los del Partido de la Victoria y algunos intendentes, aunque ya les sea demasiado tarde para lágrimas… ya no comen vidrio. Y que por ende la próxima, o las próximas, ya “no serán lo mismo”. Y tal vez ni estén en la disputa de las siempre escasas bancas.

Y no sólo lo piensan y murmuran, sino que lo dicen con todas las letras, como por ejemplo lo hace el para nada domesticado intendente de Campo Santo Mario Cuenca, quien, desde el desvencijado Foro de Intendentes que dejó el hoy innombrable para el gobierno Sergio “Topo” Ramos -otrora “ídolo” para el Grand Bourg proclama sin pelos en la lengua que: ¡Forros… nunca más…!

Mientras, desde el helicóptero, el lear o Puerto Madero o la platea de Ricky Martin, Juan Manuel, el conductor, no ignora nada de lo aquí someramente comentado. Y todos lo saben. Propios y extraños al PJ. Y es allí donde coinciden que la floja oferta que hasta hoy asoma en el partido podría convertir el futuro, o sea la continuidad en el poder, en un campo orégano para un candidato que siempre se lo mencionó “in pectore” del gobernador y que con peso real, bien podrá inscribirse en la codiciada grilla para el sillón mayor del pentágono del Grand Bourg: su hermano y prestigioso dirigente empresario nacional, José. O -si aquello de “la misma sangre, la misma lucha” realmente fue frustrante… algún otro as. Pero siempre de su manga.

Volviendo al caos interno del PJ de la aldea, por esta horas Manuel Santiago Godoy, una de las pocas espadas, sino la única, del gobernador y del gobierno, sufre los embates de la realidad partidaria. Sin importarle a nadie que Urtubey lo instaló y lo mantiene nada menos que en la presidencia de la Comisión de Acción Política del PJ de Salta.

Lo que no es otra cosa que la que muestra que todos los francotiradores del partido, en lugar de disparar hacia afuera, lo hacen hacia adentro. Por las disputas domésticas. Por los intereses que en definitiva resultan mezquinos. Y que pueden llevar al PJ salteño, hasta hace poco PJ K, y hoy sólo PJ U, a perder. Como con Cristina en el país, y merced a una construcción con muchos peronistas “por afuera” y en muy probables nuevos frentes para “cambiar”.

La siguiente crónica periodística, cuya fuente es el portal periodístico www.primerosalta.com, confirma plenamente aquello de los desencuentros y las peleas de bajo vuelo, en relación a lo que debieran ser los más altos intereses del conjunto. Del Partido Justicialista. De su Proyecto de Provincia, de Región y de País. Casi nada.

Veamos esa nota periodística cuyo título ilustra con contundencia sobre la interna de los muchachos peronistas vernáculos:

Fonseca sobre Godoy: “¡Cuando se pronuncia, parece que largara gas lacrimógeno…!”

  • “En el último tiempo se mediatizó una interna ideológica entre los peronistas Manuel Santiago Godoy y Amanda Frida Fonseca. Godoy salió a tildarla de funcional al nuevo gobierno municipal y ella, en dialogo con PrimeroSalta, considera que él debería revisar esos criterios anacrónicos de cómo entiende la política y dejar de generar protagonismo desde la crítica destructiva que tanto daño le hace al PJ y a la comunidad.

Para Fonseca el PJ se encuentra en una etapa de reorganización, en base a lo que se viene viviendo a nivel nacional. Se está buscando reconstruir un espacio político, aquel que fue alguna vez, volviendo a la vanguardia de las políticas sociales.

Remarca que: “Esta reconstrucción debe poner sobre el tapete una renovación generacional de la dirigencia. Por ahí las expresiones, manifestaciones y manera de ver las cosas por parte de muchos dirigentes, un poco, se van quedando en el tiempo, por ejemplo quienes actúan y buscan sobresalir con métodos de confrontación.

Ella se considera “una peronista totalmente cabal, con un compromiso permanente para con su partido y una mujer que siempre buscan preservar la buena relación entre el peronismo, la sociedad y los problemas de la gente”. Subrayando que “eso es lo que debe primar dentro del partido”.

Del dirigente que expone como ejemplo para renovar es el presidente de la CAP –Consejo de Acción Política- del PJ, Manuel Santiago Godoy. Considera que es tiempo de permitir que preponderen nuevas imágenes y voces de dirigentes jóvenes.

Para Fonseca, las críticas destructivas y enfrentamientos constantes contra los dirigentes no les hacen nada bien al partido. Exaltando que a ella nadie la va a correr con el peronómetro, pues se define como responsable y comprometida: “nadie me va a poder cuestionar mi conducta dentro del partido, siempre he tenido una línea política coherente con las bases y doctrinas.”

“Por todo esto al escuchar las manifestaciones y declaraciones de Godoy, le diría que tiene que revisar criterios anacrónicos de entender la política. Porque entender la política actual es saber que se trata de una construcción positiva, de apoyo, democrático al proyecto que la gente ha elegido. Un ejemplo de ello es el entendimiento y crítica constructiva que realiza nuestro presidente del partido Juan Manuel Urtubey para con el gobierno nacional”, agrega.

“Pero no entiendo si Godoy lo hace por una cuestión de edad. Porque cuando se pronuncia parece que largara gas lacrimógeno para ahuyentar. Como si él buscara seguir ahuyentando y desasiéndose de los dirigentes como método para tener protagonismo”, finalizó.


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