Sí, Juan Manuel Urtubey tiene novia, y su anuncio es una noticia grata
Con una verdadera jauría de comunicadores persiguiéndolo implacablemente, al gobernador salteño Juan Manuel Urtubey le resulta por estas horas imposible escapar del asedio que le significa haberse enamorado de una mujer de fama del mundo de las modelos.
Un acoso particularmente de los “especialistas” de los vacuos programas del mundillo de la farándula pletórico de escándalos y anti valores, que no es lo mismo que decir del mundo de los artistas en el cabal significado de la palabra con su exquisito y amplísimo abanico de expresiones culturales y del espectáculo merecidamente respetable y valorizado.
Ríos de tinta ya corrieron por el incipiente romance de un gobernador que en rigor de la verdad no fue sincero durante un largo tiempo sobre sus dificultades conyugales e innecesariamente las disfrazó en una apariencia de normalidad inexistente y sin duda alguna obedeciendo a cánones de una sociedad pacata, conservadora y con fuertes ataduras seudo morales y religiosas.
Hoy por fin el apuesto gobernador de Salta que llegó a la más alta y honrosa jerarquía que un pueblo puede darle en su terruño como lo es la gobernación, con más el plus de dos reelecciones que así ya lo ha incorporado a la historia, pudo proclamar libremente que se ha enamorado.
Y que ella es la actriz Isabel Macedo de reconocida trayectoria y popularidad en su mundo y consecuentemente en los medios periodísticos. Máxime ahora, con su nuevo conquistador, un político de fuste y de legítimas aspiraciones que incluyen hasta la mismísima presidencia del país.
Si bien es también una verdad que en sus dos primeros mandatos Juan Manuel Urtubey hizo padecer a todos los salteños por su “kirchnerismo ad honorem” puesto que ni Néstor ni Cristina Kirchner le tuvieron el menor de los afectos y con sus métodos y formas de gobernar autoritarios castigaron a la provincia impiadosamente segregándola de obras y programas que repartieron generosamente en sus aliados más obsecuentes donde nuestro gobernador se anotó vanamente como aplaudidor hasta la derrota K con su candidato de teflón Daniel Scioli; el presente sin Cristina Reina le abre una perspectiva más halagüeña.
Ojalá su espíritu, retemplado por el amor de una mujer, lo fortalezca para seguir el nada fácil camino de gobernar en un ciclo histórico en el que se ha comprometido a servir y no a servirse del poder. Y de cumplir tanta promesa que quedó sólo en eso: en promesa.
Este breve comentario, que incursiona inevitablemente en la vida privada de los hombres públicos que la asumen plenamente conscientes que con ella la pierden en grado sumo pues pasan a someterse irremediablemente al más riguroso escrutinio de toda la sociedad en todos –todos- sus actos y acciones, tiene el objetivo de alentarlo.
Y más aún, de ponderar su decisión evocando desde la memoria selectiva a aquel genio imperecedero que se llama Gabriel García Márquez, el gran Gabo, que alguna vez escribió que no hay nada más hermoso en la naturaleza, que una mujer hermosa.
Y añadimos, pues viene al caso, de una mujer que, hermosa de cuerpo y de alma, se convierte en un hechizo del que resulta imposible escapar.
En buena hora pues, este decir sincero de Urtubey: ¡Sí… estoy enamorado!
Y que hoy su proyecto de vida es lograr que venga a vivir con él a esta Salta…
…que también enamora.