Actitud injustificable en el Parlamento
Sólo una oposición cerril y sin capacidad de diálogo puede desconocer los datos que incluyó el mensaje presidencial.
Luego de más de 12 años de gestión, el kirchnerismo dejó un Estado plagado de ineficiencias, superpoblado de agentes y atravesado por la corrupción. Este es, a grandes rasgos, el diagnóstico que trazó el presidente Mauricio Macri al inaugurar el 134° período de sesiones ordinarias del Congreso Nacional.
“Nos encontramos con un Estado plagado de clientelismo, despilfarro y corrupción”, fue una de las expresiones más fuertes de su mensaje. Casi la mitad de la exposición la dedicó a presentar el balance sobre la real situación de la administración al 10 de diciembre de 2015.
Macri afirmó que el Estado recaudó 694 mil millones de dólares más que en la cuestionada década de 1990. Sin embargo, el aparato oficial no pudo erradicar la pobreza, permitió el crecimiento del narcotráfico y convirtió a amplias zonas del país en sitios inseguros.
El Observatorio de la Deuda Social, de la Universidad Católica Argentina, estableció que el 29 % de la población está en la pobreza, mientras que el 6 % de ese grupo carece de alimentos mínimos para subsistir.
“La corrupción mata”, enfatizó Macri, y rememoró las muertes de Cromañón, Once y en las rutas argentinas, donde–por falta de infraestructura–se matan miles de personas cada año.
El diagnóstico es la contracara del relato que se escuchaba en las cadenas oficiales de Cristina Fernández y de la realidad que exponían los medios de comunicación paraoficiales.
Sólo una oposición cerril y sin capacidad de diálogo puede desconocer los datos que incluyó el mensaje presidencial, como lo demostró la actitud de un grupo de legisladores kirchneristas.
Estos llevaron carteles desafiantes y, en algunos pasajes del mensaje, pretendieron acallar con gritos la voz del Presidente. Una actitud injustificable por parte de quienes meses atrás denunciaban como “conductas destituyentes” cualquier crítica a las autoridades nacionales.
El kirchnerismo más duro no asumió aún el resultado electoral, ni realizó la más mínima autocrítica sobre los desaciertos económicos que obligaron a una fuerte devaluación del peso y provocaron la parálisis de la economía.
La exposición de la pesada herencia entraña un enorme desafío para la sociedad. Esta espera ahora medidas que reviertan la situación que atraviesan quienes poseen ingresos fijos, insuficientes para afrontar la escalada de precios.
Macri y su equipo tienen por delante una ciclópea tarea para corregir las distorsiones que permitirían reinstalar a la Argentina en la senda del crecimiento, aprovechar sus potencialidades y corregir las conductas erradas, sean estas de grupos económicos o de actores sociales. El Estado debe volver a funcionar y ser eficiente.
El balance es sólo el punto de partida para el trabajo que aguarda a la dirigencia, la cual debe procurar las soluciones que la sociedad anhela.