“A cada chancho le llega su San Martín”
Cristina Kirchner en la mira de la Justicia
Como un hormiguero pateado, las fuerzas de choque del cristinismo salieron a la luz a decir que si la tocan a su jefa “habrá kilombo”; “que harán tronar el escarmiento” o “que habrá otro 17 de Octubre”.
Todo como consecuencia de la citación que el juez federal, Claudio Bonadío, le hizo llegar a Cristina Kirchner para que el próximo 13 de Abril se presente en su despacho a prestar declaración indagatoria, no testimonial, en la causa que investiga las fraudulentas maniobras por compra de dólar a futuro que terminó beneficiando a unos cuantos “vivillos” y perjudicando al conjunto de los argentinos.
Cómo si se tratara de una orden para ver al verdugo, personajes funestos como Luis D’Elia, Martín Sabbatella, Hebe Bonafini y los integrantes de La Cámpora, fundamentalmente, han dicho que “resistirán” la orden judicial, harán el “aguante” y que el 13 de Abril venidero poblarán Comodoro Py como una forma de intimidar al Juez y así evitar que le dicte el procesamiento que la dejaría a un paso del juicio oral y de la cárcel.
Locura total de estos tipos quienes también tendrán que desfilar ante los magistrados para explicar cómo es que en estos años pasados se llenaron de plata mal habida y ahora pretenden no ser “molestados” por jueces “influenciados” por la “derecha macrista”, para así disfrutar del producto de sus fechorías.
Para estos verdaderos delincuentes y extorsionadores, la palabra República no existe en sus diccionarios ni forma parte de su lenguaje cotidiano.
Acostumbrados a manejar a jueces como Norberto Oyarbide o Daniel Rafecas, por teléfono, no entienden que otro hombre con toga cometa la “imprudencia” de citarla a“Ella”, la “intocable”, para que explique que hizo en el Banco Central con los dólares junto a Alejandro Vanoli y Axel Kicillof.
No saben absolutamente nada, o se hacen los otarios que es peor, respecto de la división de poderes y la independencia del Poder Judicial y de los magistrados que lo integran.
Creen que no deben rendir cuenta de sus fechorías, por eso buscan victimizar a Cristina diciendo que al igual que Milagro Sala, ella también será una perseguida política por parte de Mauricio Macri y su troupe de fascistas y vengadores que buscarán linchar a “verdaderos luchadores populares” como fueron Néstor, Cristina, Boudou; Bonafini, Jaime, De Vido y el resto de la pandilla que asoló argentina hasta el 10 de diciembre pasado.
Tratarán de hacer todo el circo posible porque todos estos delirantes, pero sobre todo Cristina y su hijo Máximo, saben que éste es sólo el comienzo de un largo periplo que les espera recorriendo juzgados y presentando exhortos a fin de zafar del presidio.
Tiemblan los ladrones porque entienden que si Bonadío la procesa por la causa de los dólares a futuro y después hace lo mismo con la causa que más los atormenta, Hotesur, los días felices de la ex presidente y su hijo estarán contadas y Néstor Iván tendrá que ir a visitar a su padre y a su abuela, en alguna cárcel federal los días domingos.
Hay un viejo dicho en el mundo del hampa que dice: “si no puedes cumplir la pena, no cometas el delito”.
Esa filosofía “tumbera”, parece que no era del conocimiento de estos kirchneristas que se la llevaron en “pala”, como dicen en la calle, pero que se niegan ahora a dar explicaciones y si no son satisfactorias, pagar “in jail” por los robos cometidos.
En los días que faltan hasta el 13 de Abril, las “viudas” del cristinismo tratarán de poblar los medios de comunicación para instalar la idea que Cristina es una “pobre” viuda a la que la Justicia de Macri y Magneto la atormentará porque no tiene un hombre que la defienda.
Pamplinas. Discurso propio de los delincuentes de la peor calaña que los argentinos decentes no deberían consumir.
Pero más allá de las bravuconadas de estos malhechores, lo cierto es que para Cristina, su hijo y algunos de los más conspicuos “chorros” que integraron su gobierno, la hora de rendir cuentas, ha llegado.
La sola idea de estar entre rejas, les provoca mil y un pesadillas.
No hay caso, para angustia de estos personajes que de ahora en más pasarán de las páginas políticas a las policiales, otra vez se cumplirá aquello que decían las abuelas: “tarde o temprano, a cada chancho le llega su San Martín”.