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Congreso Nacional del PJ: El peronismo histórico neutralizó al kirchnerismo y enmudeció a “La Cámpor

Gioja se afirma para una lista de unidad

El Congreso del PJ cumplió su objetivo y convocó a elecciones para el próximo 8 de mayo: estableció un cronograma que podría sortear el fantasma de la intervención judicial y le dio forma a la junta electoral en la que el kirchnerismo quedó con nula representación.

El encuentro en Obras Sanitarias ratificó las feroces internas del peronismo, y hasta hubo un áspero debate por la posible derogación de la ley cerrojo, tal como anticipó LPO, y por el posicionamiento frente al gobierno de Macri.

Pero más allá de la retórica y el cacareo mediático, el peronismo ortodoxo avanzó con su plan y barrió la resistencia camporista, que prácticamente estuvo ausente del Congreso. Ningún dirigente de la agrupación de Máximo Kirchner tomó la palabra, sino que se expresaron a través de sus intendentes y dirigentes más cercanos.

Todo indica que a mayo se llegará con una lista de unidad encabezada por José Luis Gioja, a quien el kirchnerismo ninguneó y ahora aceptaría como candidato, tras quedar derrotado en el Congreso y sin poder jugar la carta de Jorge Capitanich, que venía empujando.

Las negociaciones por la nueva mesa de conducción, el andamiaje del próximo Consejo, las vicepresidencias y demás cargos comenzaron este miércoles y se extenderán por lo menos hasta el 8 de abril, en que vence el plazo para la presentación de listas.

Por lo pronto, no se pudo aprobar la modificación de la Carta Orgánica empujada por los gobernadores, para que sean los congresales y no los afiliados los que voten en las internas. Fuentes del PJ reconocieron el error de haber incluido este proyecto en el orden del día. De hecho fue el pie que aprovechó el cristinismo para salir con los tapones de punta.

El primero en intervenir fue Agustín Rossi, luego de que Gildo Insfran pusiera en consideración la modificación del artículo 24 de la Carta (que incluso se establecería a partir de la próxima elección). El santafesino mocionó para que no se apruebe la modificación, y fue secundado por varios dirigentes.

Fue en ese momento en que Patricio Mussi tomó la palabra, con el planteo de pedirle al Congreso partidario que instruya a los diputados nacionales no votarle la derogación de la ley cerrojo a Macri, para no darle así el aval de negociar con los holdouts y luego tomar deuda. Jorge Ferraresi fue otro intendente que se sumó a este pedido, con el argumento de que "no podemos volver a entregar el país".

Los cristinistas fueron inmediatamente rebatidos por el senador Miguel Ángel Pichetto, quien aseguro que "vamos a tener total libertad para decidir lo que consideremos correcto en el Congreso". Pichetto recibió algunos silbidos tras esa intervención.

Luego del Congreso, Wado de Pedro buscó reforzar la jugada y salió a tuitear un mensaje capcioso diciendo que se aprobó su pedido “por aclamación”, cuando definitivamente no fue así. El planteo de los intendentes, reforzado por Héctor Recalde y Oscar Parrilli, no fue votado ni aparece en el acta del congreso.

En rigor, se trató de una declaración simbólica que incluso Pichetto se ocupó de cruzar, debido a las necesidades de los gobernadores de tomar deuda para financiar obras en los territorios.

Los roces y pases de factura no se ocultaron. Durante la exposición de Parrilli, un dirigente del conurbano profundo le gritó: “Repartí los 10 palos que te llevaste”. Cuando habló Rossi, lo sindicaron como uno de los culpables de la derrota de 2015.

Y ese fue el único bocado que alcanzó a colar el camporismo.

Habían planeado -por órdenes de Cristina- impugnar el nombre del bloque de Diego Bossio, porque el título de justicialista ya lo usa el FpV-PJ. Además, pensaban también repudiar a los candidatos para completar la Corte, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, propuestos por Macri. Pero no lo hicieron.

Bossio y los rebeldes del Bloque Justicialista ni siquiera fueron nombrados. El ex titular de la Anses ingresó temprano al predio de Nuñez y luego evitó mostrarse en el pleno del Congreso.

Finalmente, la modificación de la Carta quedó en suspenso y se acordó formar una comisión para definir en el próximo Congreso el procedimiento de votación. Es decir, el 8 de mayo votarán los afiliados, sean varias listas o una sola de unidad.

Junta Electoral

El Congreso estableció una conformación de Junta Electoral que amplió sus integrantes de 9 a 13, con lo que logró hacer crecer su volumen de representación para los que poseen territorio.

Los nombres fueron punteados hasta último momento por una mesa chica que se armó en el primer piso del vip del salón principal, donde no apareció Carlos Zannini, señal de cambio de época.

La única representante del kirchnerismo de la Junta es Marta Cascales, la mujer de Guillermo Moreno, que pese a su desfile previo por radios y estudios de TV no tomó la palabra en el acalorado debate.

A La Cámpora le ofrecieron un lugar en la Junta, pero no lo aceptó.

La Junta quedó integrada por su presidente Hugo Curto, Celso Jaque (ex gobernador de Mendoza), Daniel Barrera (de Espinoza), Silvina Frana (Santa Fe), Hugo Insausti (Jujuy), Armando Cabrera (Formosa), Cristina Álvarez Rodríguez (sciolista), Jorge Franco (Misiones), Bernardo Herrera (Santiago del Estero), Marina Riofrio (senadora nacional por San Juan), Máximo Rodríguez (Tres de Febrero), Marta Cascales y Mauricio Mazzón (del Bloque Justicialista).

En rigor, Mazzón, hombre de los gobernadores, había sido impugnado por el cristinismo. Y hasta Gioja e Insfran en principio habían aceptado bajarlo. Pero luego el sanjuanino recibió el llamado de algunos gobernadores y finalmente empujó para que fuera incluido.

Por su composición, la Junta tiene una clara mayoría del PJ tradicional. Asumirá un rol central en el proceso electoral, ya que es la que avala y legaliza las listas y los candidatos. (Fuente: Informe: LPO en www.agensur.info)

GIOJA TIENE OLOR A NAFTALINA…

Una fuerte corriente de opinión en la desorientada dirigencia del Partido Justicialista en todo el país como consecuencia de la derrota de su candidato de teflón Daniel Scioli a manos del hoy liberal/peronista Mauricio Macri en alianza con el peronismo ortodoxo o rebelde al kirchnerismo y el fuerte aporte de los radicales, ya anticipó y lo reafirma en el Congreso Nacional que pudo realizar este miércoles, que uno de los hombres con mayor consenso para presidir el PJ es el veterano sanjuanino José Luis Gioja, ex gobernador y actual diputado nacional.

Ejemplo contundente de lo señalado nota fueron las declaraciones de Fernando Espinoza, Presidente del PJ Bonaerense –de indiscutible peso numérico a la hora de definir los congresos partidarios- quien anticipaba como un mensaje dirigido a todos los distritos del país, que ya ''hay un acuerdo de más del 90 por ciento del peronismo'' en postular al diputado José Luis Gioja, hoy diputado nacional y ex "gobernador de San Juan, un histórico, como conductor del partido a nivel nacional, por considerarlo que es ''el hombre más intachable'' de los posibles candidatos a asumir semejante responsabilidad.

Ello, obviamente, hablando de las elecciones que el PJ confirmó en esta asamblea nacional, para el 8 de mayo. Y con el voto de los afiliados y no con el rebusque intentado por algunos de otorgar semejante facultad de elegir presidente y todo el cuadro directivo a los congresales, típicos mandaderos de los devaluados caudillejos actuales y de los dependientes de los gobernadores. Más empleados que legisladores o verdaderos dirigentes en muchos casos.

“Así como logramos la unidad de PJ bonaerense, venimos trabajando en la unidad del peronismo nacional'', aseguró Espinoza en relación al Congreso Nacional en el estadio Obras Sanitarias de la Capital Federal.

Pero hete aquí que si lo anticipado por los bonaerenses con el apoyo de otros distritos fuese cierto y se concretara en la designación del sanjuanino para conducir la reconstrucción de un partido derrotado por obra y gracia de doce años de gobierno del matrimonio Kirchner, nuestro gobernador Juan Manuel Urtubey, que también pretende ser conductor del PJ nacional en ruinas, se veía, desde el punto de vista del respeto al prójimo y en este caso particular al “compañero”, en la ineludible disyuntiva de no poder concurrir al congreso “Pro Gioja” acompañado por su ministro político, el periodista y empresario periodístico Juan Pablo Rodríguez. Pero lo llevó.

Y lo dicho, que finalmente fue sólo una suposición pues se informó que el ministro político integró la comitiva, se explica con una razonamiento muy simple: “Juampi” -a estar por el trato cotidiano de sus amigos y de lo no tanto- fue el que en la última campaña acuñó entre otras “ingeniosas” definiciones “políticas” aquella que estigmatizaba a otros candidatos opositores a la gestión de Urtubey –con indiscutible y reconocida pertenencia y trayectoria justicialista sugiriéndoles que se mandaran a cuarteles de invierno definitivamente por “viejos…” Viejos dijo –palabras más, palabras menos- “que hieden a naftalina…”

¡Que hieden a naftalina…!

Sí, a ese hidrocarburo cristalino de color blanco y en estado sólido a temperatura y presión ambiente conocido por su antiguo uso contra las polillas para proteger la ropa.

Tal vez la mano derecha de Urtubey en el gabinete y en otros menesteres ignora que la naftalina en realidad no sirve para descalificar a nadie, y que tal vez esos 10 átomos de carbono y 8 átomos de hidrógeno, fórmula que consiste en 2 anillos unidos de benceno podría ser útil, eficaz efectivamente para sanear no sólo al partido justicialista sino a muchos otros “políticos” post modernos que hoy usufructúan para su provecho con la democracia cual una verdadera plaga de polillas.

Pero evidentemente no apuntaba hacia ese enfoque la intención descalificadora del ministro para con los peronistas no oficialistas en ese tiempo fanáticamente kirchneristas.

En definitiva, “Hieden a naftalina” resulta una expresión indigna para cualquier persona que se precie de respetuosa, y particularmente en este caso por su condición de ministro del Poder Ejecutivo, donde sus palabras indefectiblemente adquieren la representatividad del gobernador.

Por aquellos días y horas previas a una elección, Urtubey, que rezaba responsos poco castizos e iracundos por lo que mostraban las encuestas del departamento Capital, donde se le anticipaba la paliza que al final sufrió aunque también sabía que el clientelismo de las intendencias lo iba a hacer ganar a nivel provincial, nada dijo del exabrupto de su ministro político. Y sabido es que el que calla otorga.

Lo que hizo entonces fue lisa y llanamente cometer, con su aval del silencio, el grave error de no rechazar o refutar dando una breve lección de historia.

Concretamente aquella idéntica descalificación hacia los “viejos” peronistas que en la década del setenta también fue “postulado” de los revolucionarios que querían tirar todos los días a los “viejos” por la ventana.

Aquella corriente interna de la entonces llamada “Tendencia” equivalente a “La Cámpora” de hoy pero sin sueldos del Estado que fue el nacimiento de lo que bautizaron como la “década ganada y obviamente para los que en las urnas eligieron “Cambiemos”, una verdadera “década estragada”.

Claro está, lo de los viejos con olor a naftalina del setenta fue hasta que el propio Perón los puso en caja y solitos se fueron reculando de la Plaza de Mayo y obviamente de la estructura histórica del justicialismo.

Una historia archi conocida que por supuesto algunos ministros de estos tiempos –sino todos- jamás leyeron ni se interesaron ni interesan en conocer.

Por eso es que en este Congreso Nacional del PJ habrá resultado muy incómodo para nuestro joven gobernador abrazarse a este reconocido dirigente y militante sanjuanino con olor a naftalina Luis Gioja, de rostro surcado por arrugas que son como cicatrices de sus largos años de lucha política de peronista, y en el mismo momento presentarle a su joven ministro político que seguramente podría en ese momento hasta llegar a llenarse de urticarias por su alergia a la famosa y útil bolillita blanquecina. O quizás, sólo quizás, aunque ello resulte impensable, avergonzarse y disculparse.

Es que allí está otra muestra, del resabio de esa década K con su verdadero rostro al descubierto y su estructura innegablemente ajena al ideario originario del justicialismo; pero que en cada elección declama su nombre, con su escudo, sus banderas y símbolos y –a veces- su histórica marcha.

Aquella de “los muchachos peronistas…” a la que un día la mismísima ex presidente Cristina encomendara a su centurión Aníbal Fernández la grosera misión de decirles a los peronistas de veras que se “guardaran” sus símbolos y su marcha allí donde termina el aparato digestivo.

La cuestión es que por estas horas de pura tarraja, negociaciones y conciliábulos de casi nula discusión doctrinaria, donde nuestro gobernador Juan Manuel se mueve como un lince tras su ambición inmediata de presidir el PJ, el Congreso Nacional se dedicó a la difícil tarea de ultimar detalles formales para la renovación de autoridades a través de elecciones convocada para mayo.

Así planteadas las cosas, se daba por descontado un Congreso con clima tenso –entre otras disputas feroces- por la asistencia al cónclave del bloque de diputados díscolos que provocaron la fractura de la bancada del Frente para la Victoria. Inclúyase bajo ese rótulo el nombre del gobernador salteño ex cristinista fervoroso, ex ilusionado Sciolista y hoy de sonrisa simpática para con Mauricio presidente.

Luego de la reunión del Consejo Nacional del 3 de febrero, el Congreso pejotista que presidió el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, convocó al estadio de Obras Sanitarias para este miércoles 23 de febrero a sus más de 900 integrantes para conformar la Junta Electoral que estará a cargo de la realización de las elecciones internas del 8 de mayo.

El apoderado del PJ, Jorge Landau, destacó ante el periodismo entonces que los pasos formales del encuentro consistirían en la designación de la Junta Electoral, que en principio estaría integrada por entre 9 y 15 dirigentes, y la modificación del artículo 24 de la Carta Orgánica, que establece la elección de autoridades a través de un sistema directo, para pasar a una votación "indirecta". O sea una rosca para quitarle al afiliado el derecho a elegir y concedérselo a un grupo de congresales en su generalidad harto conocidos por sus habilidades de fulleros más que de dirigentes honestos.

De todos modos, aclaró que ese sistema de sufragio regirá –de aprobarse, cosa que no ocurrió- para "futuras" compulsas y no en esta oportunidad; las listas, en tanto, deberán presentarse el 8 de abril.

El congreso, para el cual ya se emitieron todos los telegramas, preveía dos llamados, uno a las 9 y otro a las 11: para la primera convocatoria a sesionar se necesitan dos tercios, en tanto para la siguiente sólo es necesario contar con un tercio.

Consultado respecto de la asistencia prevista para el cónclave, Landau apuntó que "habitualmente son entre 500 y 600" los congresales que participan y consignó que, por su parte, los gobernadores del PJ fijarán una posición común que estará "en línea" con el último encuentro en San Juan.

Además de las diferencias visibles entre el sector de La Cámpora, referenciado en la ex presidenta Cristina Fernández, y los exponentes del PJ tradicional, se sumaba la tensión por la presencia de los dirigentes que conforman el Bloque Justicialista, que ocasionó la ruptura de la bancada del kirchnerismo en la Cámara Baja.

Ese espacio, cuyas cabezas visibles son el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y el ex director de la Anses, Diego Bossio, resolvió asistir al encuentro con el reclamo de que se "respete" el cronograma electoral partidario para evitar imposiciones, aunque no descartaba apoyar una lista de unidad o una "mesa colegiada" si hubiera representación plural.

La posibilidad de acordar una "lista de consenso" entre las distintas líneas detrás de un postulante que garantice unidad evitaría realizar una compulsa de consecuencias imprevisibles debido a la cantidad de aspirantes auto postulados para el sillón de mando, entre quienes, además de Urtubey, se anotan Daniel Scioli, Jorge Capitanich y Guillermo Moreno.

Por eso, el ex gobernador de San Juan José Luis Gioja es evidententemente valorado como un referente de consenso que podría garantizar la cohesión, ya sea como mandamás del sello o como cabeza de una "mesa colegiada" que suceda el mandato del jujeño Eduardo Fellner, hoy en el momento más vapuleado de su corta pero provechosa carrera política reconocida por las prebendas personales o de grupo que en la historia en el peronismo jujeño. Más el “moño” final de su alianza electoral con Milagro Sala y su Tupac Amaru, para el fracaso contundente en las elecciones.

Obligado por la Justicia a no demorar la renovación de autoridades más allá del 8 de mayo ante la posibilidad de resultar intervenido por la jueza electoral María Servini de Cubría, el PJ motoriza así desde el miércoles la ingeniería electoral interna, aunque más no sea una cuestión formal en caso de que se acordara la unidad. (Fuentes: www.nuevapropuesta.com y Minuto Uno)


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