Macri, al igual que Alfonsín
Alfonsín tuvo que lidiar con la “mano de obra” desocupada de los “grupos de tareas” del “Proceso” y Macri tendrá que hacerlo con las mafias narcos que le dejaron como “peludo de regalo”, Cristina, Aníbal, De Vido y demás runfla de “afanancios”.
Cómo decía alguien hace un tiempo, llegó el momento para que al Presidente de todos los argentinos, no lo dejemos sólo.
¿Qué tendrán para decir sobre esto los legisladores K salteños que sin chistar aprobaron todo lo que Cristina y Aníbal ordenaban? ¿Harán un mea culpa?... Muy difícil. Hace falta mucho coraje y espíritu democrático para aceptar la magnitud de tamaños errores.
Mauricio Macri deberá hacer lo mismo que hizo Raúl Alfonsín cuando se hizo cargo del gobierno después de los ocho terribles años de la dictadura: combatir y encarcelar a la enorme cantidad de corruptos, torturadores y asesinos que quedaron boyando, como el huevo de la serpiente, en un país que había sido arrasado por delincuentes de toda laya disfrazados de funcionarios.
Al igual que el presidente constitucional que llegaba desde el radicalismo, el nuevo presidente surgido de una coalición de la que también forma parte la UCR, tendrá que luchar contra la basura que quedó después de estos años de kirchnerismo que en todo ese tiempo, buscó afanosa y fundamentalmente, quedarse con lo ajeno a costa de lo que sea.
Macri, treinta y dos años después de Alfonsín, tendrá que hacerle frente a un enemigo poderoso, el narcotráfico, que creció en esta década al amparo de personajes nefastos enquistados en los más altos despachos de la Casa de Gobierno, para recién entonces poner en práctica un gobierno democrático y de manos limpias que privilegie el estado de derecho y la igualdad de todos ante la ley.
La fuga de tres condenados a cadena perpetua por haber cometido un multicrimen de características mafiosas de una cárcel que se suponía, era de “máxima seguridad”, dejó en evidencia que a pesar de la voluntad popular mayoritaria expresada en las urnas y que significó la eyección del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y su banda de facinerosos, será necesario del compromiso democrático y republicano del conjunto de la sociedad argentina para recién afirmar que vivimos al amparo de la ley donde criminales y ladrones queden bien “guardados” tras las rejas.
Resulta absolutamente increíble comprobar con qué facilidad los condenados salieron de un presidio que, era de esperar, tuviera todos los recaudos para impedir que presos de esa calaña pudieran escaparse ante la pasividad de todo un sistema que, es de esperar, garantice que cosas así nunca sucedan.
Pero fue luego, ya con los evadidos en la calle, cuando la situación adquirió características dramáticas porque ningún ciudadano de bien podía entender cómo cuatro fuerzas de seguridad - Policía Federal; Policía Bonaerense; Gendarmería y Prefectura – no pudieran atrapar, rápidamente, a tres hombres que, se pensaba, carecían de la logística necesaria para soportar tamaña cacería humana por parte del Estado.
Sin embargo, diez días después, Martín y Cristian Lanatta junto a Víctor Schillaci continúan prófugos, y según algunas fuentes gozando de una vida social privilegiada.
¿Cómo es posible esta situación si no es porque los fugados cuentan con protección de gente poderosa que les facilita las “herramientas” para que no puedan ser detenidos?
La información que circula, da cuenta que por las características del crimen por el que fueron condenados y que tuvo como protagonistas a traficantes de efedrina, los pone en la categoría de “vip” y por lo tanto deben ser “protegidos” porque si son recapturados, lo que puedan llegar a decir comprometería seriamente a quienes hasta hace poco tiempo eran encumbrados gobernantes de la gestión pasada.
Por eso es que también una de las hipótesis que se abonan, es que no sería descabellado sospechar que después de tantos días de desaparecidos, finalmente los tres aparezcan muertos en algún ignoto zanjón de una perdida localidad del interior del país.
“Este es el típico caso de aquel detenido al que hay que pegarle una cachetada para que hable y veinte para que se calle”, era la reflexión que hacía un ya retirado efectivo de las fuerzas de seguridad que alguna vez integró la temida agrupación, “picana moderada”.
Lo cierto es que hasta ahora, nada hizo posible su detención y en las últimas horas ganaba espacio la versión que sostenía que en un taxi y vía Misiones, ya habrían pasado al Paraguay.
Toda esta alocada situación, está revelando que en estos años de administración K, Argentina facilitó todo para que el narcotráfico encuentre en este país las condiciones necesarias para afincarse y desarrollarse.
Ahora queda en claro que muchas de las medidas que tomó el gobierno de Cristina Fernández, fueron no sólo para facilitar sino para alentar la llegada de los narcos a este país.
El blanqueo de capitales, fue una de ellas.
Nunca el oficialismo K, escuchó las voces que desde la oposición le advertía que una medida como esa atraería al narcotráfico como la sangre a Drácula.
Para Cristina y Aníbal Fernández, el más comprometido según las propias declaraciones de los prófugos y también para otros funcionarios de entonces, aquellas luces rojas que se encendían fueron ignoradas con la complicidad de legisladores que ahora miran para otro lado y pretenden lavarse las manos cuando ven las consecuencias y la verdadera dimensión de lo que apoyaron.
¿Qué tendrán para decir sobre esto los legisladores K salteños que sin chistar aprobaron todo lo que Cristina y Aníbal ordenaban?
¿Harán un mea culpa?
Muy difícil. Hace falta mucho coraje y espíritu democrático para aceptar la magnitud de tamaños errores.
Como siempre ocurre, los responsables de este desastre que es hoy la Argentina, en vez de pedir disculpas por las barbaridades cometidas en estos años pasados, están pidiendo explicaciones e intentan culpar al gobierno de Macri, quien asumió hace menos de un mes, de todos los males presentes.
Típico de delincuentes iguales a lo que fueron Videla, Massera y Cía.
Alfonsín tuvo que lidiar con la “mano de obra” desocupada de los “grupos de tareas” del “Proceso” y Macri tendrá que hacerlo con las mafias narcos que le dejaron como “peludo de regalo”, Cristina, Aníbal, De Vido y demás runfla de “afanancios”.
Por eso, llegó la hora de que los ciudadanos decentes de este país, que son la absoluta mayoría, cierren filas alrededor del Presidente Constitucional quien, al igual que el radical de Chascomús, deberá librar en este tiempo una gran batalla para consolidad otra vez la Democracia.
Cómo decía alguien hace un tiempo, llegó el momento para que al Presidente de todos los argentinos, no lo dejemos sólo.
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