La vida no vale nada

Dakar: ¿El circo debe continuar?
No hay vuelta que darle, por más que a algún amante de los "fierros" no le guste, el rally Dakar es sinónimo de destrucción y muerte. Esta edición, a la que todavía le faltan algunas etapas, ya se llevó dos vidas y dejó un tendal de heridos.
Al prologar Atlas, Jorge Luis Borges cuenta como con el simple movimiento de una sola mano alteró la naturaleza: "A unos trescientos o cuatrocientos metros de la Pirámide me incliné, tomé un puñado de arena, lo dejé caer silenciosamente un poco más lejos y dije en voz baja: Estoy modificando el Sahara. El hecho era mínimo, pero las no ingeniosas palabras eran exactas y pensé que había sido necesaria toda mi vida para que yo pudiera decirlas. La memoria de aquel momento es una de las más significativas de mi estadía en Egipto".
Va de suyo que los enloquecidos corredores de esta versión mortal de del inocente dibujo animado de Hanna y Barberá "Los autos locos" nunca leyeron al inmortal escritor, o, si lo hicieron, se saltearon Atlas, o, si no se lo saltearon directamente se pasaron esta reflexión inicial -y central en su filosofía- por las tremendas ruedas de esos mostruosos engendros mecánicos tipo "transformers" con los que arrasan todo a su paso.
Y cuando decimos todo, lo decimos en el más cabal sentido de la palabra: Paisaje y, sobre todo, Vida.
Ya en su joven edición latina versión 2009 advertíamos del tremendo daño que estos ricachones disfrazados de "aventureros" trasladaron obligados por las circunstancias desde el África o cuando se cansaron más bien del duro entorno del continente negro, sea por su geografía o la amenaza terrorista, mal que por estos lares -por ahora- no existe.
Esta versión 2016 se corre mayormente en Argentina y un poco en Bolivia. Chile desistió de invertir la millonada de dólares que importa albergar en sus tierras la carrera ya que priorizó la inversión para reconstuir la destrucción que ocasionó la catástrofe natural del verano pasado. Lo mismo que Perú, en previsión de los efectos que está provocando la corriente del Niño. Gobiernos serios, claro está, prefirieron el gasto en obras y prevención al despilfarro en el circo Dakar.
Desde el vamos Dakar 2016 empezó a pura tragedia cuando un corredor se despistó en la zona de Arrecifes hiriendo a diez personas, tres de ellas de gravedad.
La loca carrera continuó rumbo norte hasta la la base de la hermana provincia de Jujuy. Desde allí el malón de autos, camiones, cuatriciclos y motos cruzó a Bolivia para dirigirse al salar de Uyuni y pegar la vuelta hasta Salta. Fue en territorio boliviano donde el Dakar empezó a dejar su impronta mortal con la muerte de un espectador (las canallescas declaraciones del fiscal departamental de Potosí justificando el desceso de su compatriota merecen un párrafo aparte)

Salta, la "tan linda que enamora", también tuvo lo suyo con el accidente de un camión de asistencia en el ex peaje Aunor, donde si no hubo que lamentar otra tragedia fue de pura suerte. La sacó barata la pobre mujer que al querer escapar de la mala maniobra del enorme M.A.N. cayó al pavimento sufriendo traumatismos leves y también los policías que custodian el sitio, que se salvaron porque Dios así lo quiso. El camión en cuestión pifió la entrada y se incrustó contra una de las dársenas de paso derramando combustible en todo el lugar.
Finalmente llegó la muerte argentina de turno. Fue en Juárez Celman, Córdoba, cuando un transporte de marca Mercedes Benz que llevaba productos varios como zapatillas y detergente perdió el control, chocó frontalmente contra el vehículo de apoyo que remolcaba el coche del francés Lionel Baud (el mismo que mató al espectador boliviano) y arrolló a un Peugeot 505. El conductor de este último vehículo quedó literalmente aplastado y murió en forma instantánea. Del siniestro también participaron un Ford Falcon que se incrustó en la parte trasera del Mercedes Benz, un Ford Fiesta y un Toyota Corolla. Testigos del hecho explicaron que el camión se cruzó de carril embistiendo a uno de los autos. "Lo arrastró y lo pasó por encima".
Que el Dakar trae turistas y plata nadie lo niega, pero una vida no justifica la eventual ganancia extra de ningún operador turístico, sea este pequeño, mediano o grande. Tampoco el daño al medio ambiente.
Insuficiente por lo tanto el justificativo del flamante ministro nacional del área, el rabino Sergio Bergman, que desestimando la denuncia penal que presentó la Fundación para la defensa del Medio Ambiente (FUNAM) ante un juzgado federal de Córdoba, autorizó nuevamente el paso (una violación en rigor de la verdad) del desorbitado tropel por el Parque Nacional Los Cardones. Bergman alegó que todo estaba ya autorizado por la gestión anterior y prometió que esta vez sería la última. Una verdad a medias, pues a nadie escapa que al presidente Macri no le tembló el pulso para decreto mediante nombrar jueces de la Corte Suprema salteando al Congreso o para intervenir el AFSCA, entre otras medidas. En este caso un simple gesto hubiera bastado.
¿Y los funcionarios provinciales? Bien, gracias. El club gubernamental de las BMW con su númber one a la cabeza -imaginamos- no se habrá perdido semejante espectáculo.
Tampoco ningún fiscal movió un dedo.
Quien esto escribe hace un par de semanas recorrió la Quebrada de Cafayate (declarada hace años ya Reserva Natural de la Provincia de Salta) y pudo observar con agrado el accionar de guardaparques que movilizados en una camioneta vigilan permanentemente la zona, corrigiendo a los visitantes cuando estos transgreden normas elementales como prender fuego o extraer una planta.
Ahora, ¿qué pensarán estos laburantes de la naturaleza cuando al mismo tiempo el Gobierno que los contrata autoriza semejante salvajada por caminos tan bellos como la ruta que pasando por Corralito y cruzando el río Calchaquí une San Carlos con Los Castillos? Porque no sólo se trata del malón dakariano en sí mismo sino además del ejército de espectadores que acampan dejando tras la polvareda mugre y detritos por doquier.}
El rally "normal" es una competencia bien organizada, acotada a un circuito caminero puro, bien delimitado y reglamentado. Argentina tiene su fecha mundial en Córdoba y es una carrera que no ocasiona daños mayores salvo los accidentes que lógicamente puedan resultar de una actividad de alto riesgo. Como la fórmula 1 o el Moto World Tour.
Pero el Dakar es otra cosa. Es sinónimo de caos. Un desmadre donde los equipos andan a los tumbos por cualquier lado sin control alguno, arrasando pasisaje y gente.
El acto filosofal de Borges es tan simple como profundo.
El Dakar por lo tanto indigna.
Idigna por el daño a la naturaleza.
Pero más indigna por tanta indiferencia ante la muerte.
Pablo Milanés lo canta bien claro: La vida no vale nada si escucho un grito mortal y no es capaz de tocar mi corazón que se apaga. (Guillermo Gonza)

Las increíbles declaraciones del fiscal de gobierno de Potosí
¡La culpa es del muerto!
Lo que sigue puede inscribirse en los anales de las barrabasadas más notorias que profiriera funcionario alguno. Proponemos al lector el siguiente juego: lea solamente las partes encomilladas de la crónica que a continuación ponemos a su consideración y diga si después de hacerlo no llegó a la siguiente conclusión: se trata sin duda de un lógico descargo del abogado de la empresa organizadora del Dakar.
¡Error!, pues anque no lo crea, es el propio fiscal de gobierno de Potosí (sí, el que en teoría vela por la seguridad jurídica de su pueblo y sus bienes) quien en la más lamentable de las canalladas defiende a capa y espada a la empresa deslindándola de toda culpa y cargo, trasladando toda la responsabilidad al pobre espectador que por estas horas ya fue llorado, velado y enterrado.
Le faltó decir a Fidel Castro (tal el "revolucionario" nombre del funcionario de marras) que la familia del muerto debía pagarle el arreglo del auto al corredor francés por el impacto.
Aquí las declaraciones del Fidel Castro potosino que tomamos de la agencia EFE, cuyos subtítulos, muy a tono con las barbaridades dichas por el fiscal, también merecen atención especial:
"Las autoridades bolivianas brindaron hoy detalles de la muerte de un espectador ayer durante la séptima etapa del Dakar tras ser arrollado por el buggy Mitsubishi del francés Lionel Baud cuando intentaba atravesar la carretera.
Cuando la imprudencia del público es un riesgo
El fiscal departamental de la región boliviana de Potosí, Fidel Castro, informó que aproximadamente a las 11.20 de ayer, en la zona de Ventillas, ubicada a 62 kilómetros de la ciudad de Uyuni, se produjo el deceso de Máximo Riso de 65 años de edad, tras ser impactado por el vehículo de competición del francés Lionel Baud.
El Fiscal explicó: "El momento en que el competidor desarrollaba su paso, se apareció la desafortunada víctima, quien atravesó la carretera y pese a que el piloto intentó hacer una maniobra evasiva, no logró evitar golpearla con la parte derecha del vehículo, provocando su deceso".
Los que dependen de sí mismos en el Dakar
"Lamentamos esta muerte, pero entenderán que no podemos hablar de dolo, tampoco de culpa, fue dentro de una competencia internacional, producto del cual todos los ciudadanos debíamos ser cuidadosos", agregó el representante del gobierno de Potosí.
El cuerpo fue llevado a la morgue para ser sometido a la autopsia y Castro descartó cualquier tipo de acción legal futura: "Por lo mencionado, no amerita la apertura de proceso alguno, ya que fue un accidente totalmente fortuito, a pesar de que el competidor hizo la maniobra y quiso evitar el hecho y no lo logró".
Por otra parte, dijo, que la aseguradora prevista para la competencia internacional se hará cargo del pago de la indemnización que corresponda de acuerdo al hecho suscitado. (MundoD.com - agencia EFE)

Todos tus muertos
Veinticinco participantes han muerto durante la disputa de alguna de las ediciones del Rally Dakar. En 1986, falleció el fundador de la prueba, Thierry Sabine, al estrellarse el helicóptero en el que viajaba, junto a otros cuatro pasajeros.
Competidores
1979: Patrick Dodin, motociclista, a causa de una caída.
1982: Bert Oosterhuis, motociclista, a causa de una caída.
1983: Jean Noël Pineau, motociclista, a causa de un atropello.
1986: Yasuo Kaneko, motociclista, en un accidente.
1988: Kees Van Loevezijn, copiloto de camión, en un accidente.
1988: Patrick Canado, copiloto de auto, en un accidente.
1991: Charles Cabannes, conductor de camión, por un disparo.
1991: Laurent Le Bourgeois y Jean Marie Sounillac, piloto y copiloto de coche, en un accidente.
1992: Gilles Lalay, motociclista, por atropello.
1994: Michel Sansen, motociclista, por una caída.
1996: Laurent Gueguen, conductor de camión, por una explosión producida al pisar una mina.
1997: Jean Pierre Leduc, motociclista, por una caída.
2003: Bruno Cauvy, copiloto de coche, en un accidente.
2005: José Manuel Pérez, motociclista, por una caída.
2005: Fabrizio Meoni, motociclista, por un paro cardíaco.
2006: Andy Caldecott, motociclista, por una caída.
2007: Elmer Symonds, motociclista, por una caída.
2007: Eric Aubijoux, motociclista, por un paro cardíaco.
2009: Pascal Terry, motociclista, por edema pulmonar.
2010: Jean-Michel Baron, motociclista, por caída (1986), muere después de estar en estado vegetativo durante 24 años.
2012: Jorge Martínez Boero, motociclista, traumatismo de tórax.
2013: Thomas Bourgin, motociclista, colisionó de forma frontal con un vehículo policial cuando realizaba el enlace entre Calama y (Purmamarca - Provincia de Jujuy) en el kilómetro 140 de la ruta 27, cerca del Paso de Jama.
2014: Eric Palante, motociclista, por muerte súbita cardíaca.
2015: Michal Hernik, motociclista, por deshidratación.
Fallecidos no ligados al Dakar
La siguiente lista corresponde a personas que no tenían ninguna relación con el Rally Dakar. El número de fallecidos se eleva por encima de la media centena si se añaden las muertes de otras personas, desde niños y mujeres de localidades africanas, a mecánicos o periodistas que cubrían el evento.
1982: Muere un niño maliense, que jugaba en la carretera, arrollado por un vehículo de la prueba.
1984: Una madre maliense muere y su hija resultó gravemente herida tras ser embestidas por un Range Rover que daba vueltas de campana, en Burkina Fasso.
1985: Muere una niña nigeriana al ser atropellada por un coche de la prueba. Otra niña de 10 años muere atropellada en Mauritania.
1988: Mueren atropellados una mujer y un niño en Mauritania. Muere una niña en la aldea de Kitta, Malí. Dos niños y una mujer mueren atropellados en Malí, por un vehículo de asistencia del Rally Paris-Dakar.
1994: Muere un niño senegalés al ser arrollado por un vehículo de asistencia.
1996: Una niña guineana muere tras ser atropellada por el motociclista francés Marcel Pilet (KTM).
1998: Cuatro personas mueren tras una colisión ocurrida al sur de la capital mauritana, entre un taxi y un vehículo de la prueba.
2006: Boubakar Diallo, un niño guineano de 10 años, muere atropellado entre Lobé y Tambacounda por un vehículo de la Prueba Lisboa-Dakar. Con Boubakar, fue la primera vez que la prensa publicó el nombre de una víctima "no piloto" del París-Dakar. Muere atropellado un niño senegalés, esta vez de 12 años de edad, entre Tambacounda y Dakar, por un camión de apoyo logístico en Senegal.
2009: Dos personas al colisionar un vehículo particular con un camión de asistencia en el tramo entre La Serena y Ovalle.
2010: La espectadora Natalia Sonia Gallardo, muere atropellada en cercanías de Alpa Corral en una zona irreglamentaria en la provincia de Córdoba, Argentina, por la camioneta Desert Warrior (número 418), conducida por el alemán Mirco Shultis y navegado por el checo Ulrich Leardi.
2011: Marcelo Reales, de 42 años, que manejaba un Rastrojero fue embestido por una Toyota Hilux número 410, conducido por el piloto Eduardo Amor, en un tramo de enlace en cercanías de la ciudad catamarqueña de Tinogasta. También dos trabajadores perdieron la vida mientras montaban una carpa, antes que iniciara la competencia.
2012: Fallecen dos personas, un hombre de 37 años y su hijo de 11 años, al estrellarse con su avioneta, con la intención de seguir el trayecto de los pilotos. Un motociclista colombiano pierde la vida al intentar seguir el Rally Dakar en Perú tras perder el control de su vehículo.
2014: Dos fotógrafos, oriundos de la provincia de Córdoba, perdieron la vida cuando la camioneta en la que se trasladaban se desbarrancó de un precipicio conocido como "La Cuesta de La Chilca", situada en la provincia de Catamarca, muy cercana al límite con la provincia de Tucumán.
2016: El espectador boliviano de 65 años Máximo Riso y el conductor del 505 cordobés Diego Peralta.
Detuvieron al copiloto del Dakar por el accidente en Ruta 9
Está imputado de "homicidio culposo agravado y lesiones culposas agravadas". Las autoridades del consulado le buscan abogado.
La imputación fue confirmada por la fiscal Eve Flores, quien investiga el accidente ocurrido sobre la variante Juárez Celman y que provocó la muerte de un conductor y otros ocho heridos.
El copiloto francés Thierry Dezeiraud está acusado de ser el principal responsable del múltiple accidente. La imputación es por "homicidio culposo agravado y lesiones culposas agravadas". Hasta ahora, las hipótesis del accidente son tres: un desperfecto en el auto, que el corredor del Dakar se haya dormido o una impericia. De las tres, la versión que toma más fuerza es la de una maniobra no permitida: sobrepasar a un vehículo en una zona con doble línea amarilla.
Tanto el auto del Dakar como el camión quedaron sin control y generaron un choque en cadena, donde se vieron involucrados otro camión del Dakar, un Toyota Corolla, un Ford Falcon, un Ford Fiesta y un Peugeot 505, donde viajaba la única víctima del accidente.
Muy angustiado, el conductor del camión con el que chocó de frente el auto del Dakar, dijo: “Me sale el auto en contramano y me lo llevé puesto”.
El francés fue detenido y permanece en Córdoba. El Consulado de Francia, mientras tanto, está trabajando para conseguirle un abogado defensor. Junto al piloto Lionel Baud habían abandonado la competencia después de protagonizar otro accidente fatal. Saliendo de Uyuni, en plena competencia, atropelló y mató a un hombre boliviano.
El dolor de una familia
Diego Peralta era el conductor del Peugeot 505, quien murió producto del accidente con el piloto del Dakar. A través de las redes sociales, su familia pide justicia. Su hermana, Valeria Peralta, publicó la foto de tres de sus cuatro hijas y escribió:“Nada duele más que la imagen de estas 3 florcitas llorando por su padre al lado del cajón y la bebé que no entiende nada pero seguro recordará su mirada.. Dios mío ¿Porque justo a él?” (Alejandra Bellini – El 12 TV – Córdoba)
