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El Grito de Nueva York

Urtubey: ¡A mí no me vengan con “Patria o Buitres"…! ¡A pagar para volver al mundo real!

Los vericuetos del gobernador en su relación con Néstor y Cristina Kirchner. Harto ya de estar harto y de mentir, el salteño proclama su liberación de los K. Aníbal Fernández, el primer kamikaze de Cristina enviado para fustigarlo.

Cristina está que trina… Su Juan

Manuel decidió dejar de aplaudirla

En cada oportunidad –y fueron varias a través de los años- en que desde estas páginas se hizo referencia a la larga historia de hipocresías mutuas entre nuestro gobernador Juan Manuel Urtubey y el matrimonio presidencial de hace una docena de años, las descalificaciones e iracundias desde el entorno de su poder –es decir desde los infaltables cortesanos- arreciaron reafirmando aquella endémica enfermedad de los gerentes de la política de “matar al cartero”. O sea al que investiga, descubre y denuncia sus inocultables tropelías.

Así ocurrió cuando invariablemente en cada ocasión que el análisis no hacía otra cosa que desnudar la verdad sobre una relación supuestamente amigable y de compañeros, primero entre Néstor Kirchner y Juan Manuel Urtubey por entonces diputado nacional, y luego con el correr del tiempo y la muerte del irascible presidente, con su sucesora designada por él mismo, Cristina Fernández.

Así fue como montaban en ira desde el number one al más ignoto de sus soldados –pasando naturalmente por la élite de sus gabinetes y algún excepcional asesor con voz aunque sin voto dada la condición monárquica del poder- cuando la opinión memoraba que Néstor Kirchner fue el primero en colocar al por aquel tiempo verdaderamente joven Juan Manuel Urtubey en la grilla de sus antipatías. Sabido era que El Furia –al decir certero del talentoso Jorge Asís- no quería ni oírlo nombrar. Para él y su equipo el salteño era la más contundente representación de la oligarquía salteña. Un gorila… entre otras desconsideraciones.

Sin ir más lejos en esta referencia a aquellas notas periodísticas, cabe mencionar la de la semana pasada en este medio, es decir antes que Urtubey pegue su Grito de Nueva York, cuyo título era elocuente y pasó a ser premonitorio: “Los vericuetos de Urtubey en su relación con Néstor y Cristina – Aplaudir no es creer… ni querer” . Esa nota fue la enésima. Y volvía a contar la historia de tanta hipocresía de un lado y del otro. Más allá de los vanos intentos de justificación del gobierno provincial argumentando que esa sumisión en definitiva vergonzante era impuesta por el implacable apriete del poder central. Dicho sin vueltas: por el implacable apriete de los Kirchner.

Muy lejos y bien enterradas quedaron aquellas palabras de un Urtubey que en su reelección primera gritaba acá en El Aybal que los salteños lo habían elegido gobernador y no un mero delegado del gobierno central, pero que al poner un pie en el Aeroparque Metropolitano cambiaba el libreto y se sentaba a aplaudir en medio de un coro de alcahuetes impresentables.

Ello en un marco de encuentros obligados donde tuvo que tragarse el sapo de la especie “rococó” de sumarse a la claque de La Cámpora con “los pibes de Cristina para la Liberación” o ponerse codo a codo con una Milagro Sala hoy socia de Eduardo Fellner en Jujuy que bien sabe Urtubey que lo repudia visceralmente en un planteo fanáticamente clasista.

¿El “Grito de Nueva York” es traición?

Cuando en el corazón del imperio del capitalismo y la antítesis del “modelo kirchnerista argentino – venezolano” hace pocos días el salteño oligarca al decir de sus detractores K pegó el grito de –palabras más, palabras menos- “A mí no me vengan con Patria o Buitres” planteando y comprometiendo un eventual futuro gobierno Sciolista a pagarle a los holdauts, ardió Troya en la Casa Rosada, en Olivos, en Puerto Madero y en El Calafate.

Cuentan las paredes del poder, que siempre oyen y hablan, que por esos pasillos pasó Kicillof hacia la Presidencia puteando a diestra y siniestra por el pecado mortal del salteño hoy adosado a un Daniel Scioli más que imposible de confiar por parte de los elencos del poder que con Cristina a la cabeza alistan las valijas para partir.

Idéntica histeria a la del desbocado Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández que obviamente siguiendo instrucciones de Cristina presidenta saltó al ruedo de los noticiarios para gritarle al osado Urtubey que él no representaba ni al gobierno… y casi casi a nadie. Vano intento. La polvareda del salteño les nubló los cielos del poder.

Entonces, las usinas poderosas del poder unitario, intolerante y autoritario de Cristina optaron por mostrarlo lisa y llanamente como un traidor.

Pero no fue sólo una estrategia de laboratorio. Prolijamente se encargaron de prepararle a Urtubey también “su carpetazo”, muy al estilo kirchnerista. Allí recopilaron toda una serie de aventuras del probadamente ambicioso gobernador que signaron su carrera mostrándolo como un exponente de las deslealtades. En una palabra: de la traición. Infaltable en el “dossier” aquella obra cumbre político-literaria que firmara un joven Juan Manuel Urtubey cuando trepaba la cuesta de la mano de su ex amigo y padrino Juan Carlos Romero, a quien hoy quiere meter preso por corrupto. Esa obra no es otra que el libro “Sembrando Progreso”, donde una catarata infinita de loas mostraban al ex gobernador de tres mandatos como un Estadista sólo comparable con los más grandes de la historia universal. Más que el mismísimo Perón, si se lee bien aquel engendro.

Pero lo que es seguro que ni el carpetazo de Cristina y sus Aníbales ni nada detendrá a nuestro gaucho gobernador que también le pegó a Zannini aunque sea la tobillera electrónica de Scioli prisionero de los K; al hasta aquí intocable preferido de la presidente Axel Kicillof; a la mentira del INDEK –con K-; a la fracasada o inexistente política energética de la década perdida, y ya vendrán otros misiles si la retirada kirchnerista resulta como Urtubey, íntimamente, la piensa desde hace añares.

Tantos como los que hoy lo distancian de aquel tiempo de legislador jovencito que se atrevió a escribir en “El Parlamentario” –cuentan los memoriosos- un artículo donde a Néstor en su apogeo le vaticinaba precisamente este fin de ciclo que se demoró hasta el presente 2015.

De aquella furia de El furia… mejor ni hablar. Es facilísima de imaginar.

Redondeando la idea ésta de mostrarlo a Urtubey como nada afecto a las lealtades, el poderoso aparato de propaganda y carpetazos apunta también por supuesto a advertirle a Scioli que su hoy amigo y probable canciller o ministro (y eso sí notorio asesor del presente) siempre lleva el facón gaucho atrás. En la cintura. Más aún, procuran mostrarlo con el acero entre los dientes y mirada mefistofélica.

Lo concreto es que con su “Grito de Nueva York”, Juan Manuel –al decir de los urtubeycistas de paladar negro- por fin se desahogó de tanto tragar batracios y enrojecerse las manos aplaudiendo, para decir que el gaucho viene matando –valga la figura- y que si no es ya… en cuatro años que pasan volando me verán pasar.

Y si la buena estrella sigue… me verán llegar.

Los ecos del grito: Cristina trina

El siempre atento oído periodístico que tanto irrita a los intolerantes del poder en estos tiempos tuvo tras la osadía del gobernador salteño de decir estratégicamente recién ahora esta boca es mía, originó ríos de tinta para comentarla. Y no era para menos.

La pluma del columnista del diario La Nación Mariano Obarrio por ejemplo, relata con precisos detalles esas reacciones de Cristina para abajo, quien lo primero que hizo fue activar a su Centurión Aníbal Fernández para lanzarlo en picada contra el salteño alzado.

Bien vale reproducir esa precisa crónica con opinión:

“Cristina se enojó por las declaraciones de Urtubey”.

El gobierno de Cristina Kirchner dejó trascender ayer el profundo malestar que causó en la Presidenta el discurso del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que ante los empresarios del Consejo de las Américas, en Nueva York, y en nombre del candidato presidencial del Frente para la Victoria (FPV), Daniel Scioli, dio una seguidilla de definiciones políticas y económicas antagónicas con el discurso del modelo económico de la Casa Rosada.

En ese foro, con un tono crítico a la actual gestión, Urtubey prometió a los influyentes empresarios que Scioli buscará llegar a un acuerdo con los holdouts y colocar deuda en los mercados externos; criticó la falta de inversión en energía y transportes; anticipó rebajas en las retenciones al agro y un saneamiento en las estadísticas del Indec.

La Presidenta le ordenó a su jefe de Gabinete, Aníbal Fernández -candidato a gobernador bonaerense del FPV en la misma lista de Scioli-, que saliera públicamente a desautorizar a Urtubey. Fernández señaló que sus definiciones no representan al Gobierno ni al futuro gobierno y que son sólo expresiones aisladas de un gobernador del PJ.

"El enojo con Urtubey en Olivos se potenció especialmente por lo cerca que estuvieron sus palabras de las denuncias de Cristina ante las Naciones Unidas la semana pasada", confió a LA NACION un alto funcionario del Gobierno.

La Presidenta había acusado a los fondos buitres de haber financiado al fallecido fiscal Alberto Nisman y al ex director de Operaciones de la ex SIDE, Antonio "Jaime" Stiuso. Pero no se detuvo allí: denunció al presidente de los Estados Unidos Barack Obama de "proteger" a Stiuso, que se encuentra en Miami por temor a que lo maten.

Las fuentes oficiales atribuyeron el mayor fastidio con las palabras de Urtubey a la propia Cristina Kirchner; a su secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, que además es candidato a vicepresidente de Scioli, y al canciller, Héctor Timerman. No descartan que se abra una fisura en el último tramo de la campaña.

Para agravar las suspicacias, en la Casa Rosada no pasaban por alto que Urtubey es uno de los candidatos a ocupar la Cancillería de un eventual gobierno de Scioli, si éste gana las elecciones del 25 de octubre próximo. "Aníbal no sale a hablar sin la orden de ella", admitió a LA NACION una fuente oficial.

En Olivos sospechan, además, que Scioli procura fuertes relaciones con el gobierno de los Estados Unidos, mientras que la Presidenta se esmera por mostrar beligerancia con Washington. También la Presidenta sospecha que su candidato mantiene un buen vínculo con el Grupo Clarín, al cual el Gobierno busca limitar.

Aníbal Fernández dijo ayer que la afirmación de Urtubey respecto de la necesidad de "acordar" con los holdouts "no deja de ser la visión de un gobernador de la Argentina".

"No representa al Gobierno esa visión ni al nuevo gobierno, que todavía no se conformó", dijo Fernández a Radio Continental.

Añadió que si Urtubey plantea negociar "en las mismas condiciones" que el 92,4% de los bonistas que ingresaron en los canjes de deuda reestructurada de 2005 y 2010 le "parece estupendo". Pero que si proponía "pagar a otro precio" sería "más o menos lo que pensaba" el candidato presidencial de Cambiemos, Mauricio Macri.

"Pensar parecido a Macri es casi asustarse", advirtió con dureza.

El contraste con la Presidenta resultó muy notorio. La semana última Cristina dijo en la ONU que los EE. UU. "protegen" a Stiuso, que los fondos buitre financiaban a Nisman, y defendió el pacto con Irán para avanzar en el caso AMIA.

Urtubey quiere retruco…

Lejos de amilanarse, y plenamente consciente que la andanada venía y seguramente seguirá llegando desde la cúspide del poder monárquico de esta Argentina Nacional, Popular y Revolucionaria Venezolana de Cristina Kirchner y La Cámpora, el infernal salteño (esto dicho aclaremos en relación a su proclamada convicción güemesiana que lo hace vestir de gaucho en cada ocasión propicia) hizo un par de fintas dialécticas como para decir quiero retruco.

Leamos otro informe de los desestabilizadores periodistas. Esta vez sobre un reportaje del gobernador en Radio Mitre de Buenos Aires:

"A mí me dejaron de retar cuando tenía 17 años…"

El gobernador de Salta respondió sobre "si recibía retos de la Presidenta", y cargó contra el ministro de Economía Axel Kicillof y el secretario de Legal y Técnica y candidato a vicepresidente Carlos Zannini.

El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey volvió a afirmar su postura frente a los fondos buitre, y expresó que no comparte las ideas del ministro de Economía, Axel Kicillof: "Tengo una forma de trabajo distinta, una mirada distinta". También criticó a Carlos Zannini. Los cruces comenzaron hace unos días, cuando Urtubey dijo que había que "pagarle a los buitres" frente al Consejo de las Américas en Nueva York y en nombre de Daniel Scioli. A esto, Aníbal Fernández salió a responderle diciendo que esa postura "no representa al Gobierno Nacional ni al que todavía no se conformó" En una entrevista con Radio Mitre, el gobernador de Salta insistió en la necesidad de acordar con los holdouts: "En el mundo moderno, si no hay acceso al financiamiento es imposible crecer". Y consultado sobre si recibía retos de la Presidenta respondió: “A mí me dejaron de retar cuando comencé a trabajar a los 17 años”. En relación a los modos del ministro Kicillof planteó: "Cuando uno quiere negociar algo con alguien lo primero que tiene que haber ese ánimo de acordar porque si el ánimo no es el de acordar nunca vas a acordar nada", aunque aclaró que "eso no significa que uno vaya a ir a pagarle todo lo que el otro le pide", y remató: "Tengo una forma de trabajo distinta, una mirada distinta". Luego, disparó contra el candidato a vicepresidente del FpV Carlos Zannini: "Yo tengo una mirada distinta, históricamente hemos tenido posiciones encontradas". "Él (Zannini) ha conducido un sector del gobierno que siempre trabajó en la provincia en contra de mi candidatura, apoyando a Juan Carlos Romero y al rival de turno que he tenido, porque no compartimos la mirada", sentenció. Según su visión, en un contexto de crisis internacional y caída en el valor de los commodities, para el país hay dos salidas: "O vamos al ajuste o vamos a un proceso de crecimiento. No hay otra alternativa. Yo no quiero ajustar. Para crecer necesitamos financiamiento y para eso hay que resolver algunos problemas pendientes", concluyó.

El PO sumó su fuerte crítica a Urtubey

La pateadura del gobernador al núcleo del hormiguero kirchnerista

respecto a pagar la deuda con los houtlots para posibilidad la

reinserción de la Argentina en el mundo de las finanzas, también ocupó

la atención del Partido Obrero en campaña. Como es natural, el

enfoque de la más organizada expresión de la izquierda vernácula que

lidera el ahora candidato a diputado nacional Claudio Del Plá, formula

de fondo un planteo ideológico.

Para el PO, Urtubey sería un canciller ideal “pero de los fondos buitres”

La declaración analiza así la cuestión:

“En los términos de las exigencias de los buitres, la deuda crecería no menos de 30.000 millones de dólares en lo inmediato. Es el equivalente a 20 años del presupuesto que tiene la provincia de Salta para el funcionamiento de la totalidad de los servicios del Estado, obra pública y el pago de sueldos. Por otra parte, el supuesto de que le vuelvan a prestar al país, supone la liberación del cepo y una mega-devaluación que destruiría los salarios y las jubilaciones”.

“Es decir que al revés de lo que afirma Urtubey, el arreglo con los buitres no es la forma de evitar un ajuste sino el punto de partida del ajuste más brutal contra los trabajadores y de un nuevo y gigantesco hipotecamiento del país que ya acumula el doble de deuda externa que al inicio del gobierno K.”

“Urtubey dice lo que Scioli todavía no se anima a decir directamente (aunque si lo hacen sus economistas como Bein). Javier David ocupa el primer lugar en la lista de Urtubey porque es un experimentado “ajustador” como lo demostró cuando fue ministro de economía de Romero y también jefe de gabinete económico de Macri en el 2007”, manifestó Del Plá.

Y concluye: “Para evitar un ajuste contra el pueblo hay que repudiar la deuda usurera, concentrar el ahorro nacional, nacionalizando la banca y aplicarlo a una planificación económica que nos permitas salir del agotado modelo sojero, industrializar y crear masivamente puestos de trabajo. “En el Congreso Nacional, los salteños no necesitamos agentes de los buitres sino representantes de los trabajadores, como lo ha sido Pablo López en estos dos años, el 25 de octubre podemos fortalecer esta bancada del Partido Obrero y el Frente de Izquierda”


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