Scioli y la silla vacía
De Cristina a Zannini: “Decile a Scioli que no vaya. Siempre está la duda sobre si es un nabo o no, pero si va, ya no quedará ninguna”
En defensa propia, Cristina le ordenó a Daniel Scioli que ni se asome por dónde será el debate presidencial.
Tajante como siempre, quienes pululan por los pasillos de la Casa Rosada, cuentan que la Presidente le dijo a Carlos Zannini: “Decile a Scioli que no vaya. Siempre está la duda sobre si es un nabo o no, pero si va, ya no quedará ninguna”, dicen que afirmó sin inmutarse.
Por eso, la orden bajó sin pérdidas de tiempo y como siempre, el destinatario, encogió los hombros y pensó: “ya falta poco”.
La cosa es que el candidato del oficialismo no irá al debate presidencial y apechugará cualquier embate que le hagan sus oponentes pensando que siempre serán menos dolorosos que los de Cristina.
Por ese motivo habrá una silla vacía el próximo 4 de Octubre cuando los cinco candidatos restantes se sometan a las preguntas que le harán seis moderadores, todos de Capital Federal y ninguno del Interior, con temas generales ya acordados.
Para el candidato de Cristina, quien se debate como un “pavo en el alambrado”, la disyuntiva es sobre si toma su propio camino y rompe con Cristina o le hace caso a Juan Manuel Urtubey y la “Liga de Gobernadores” del PJ, quienes le aconsejan empezar por lo menos a reconocer que en Argentina hay graves problemas como inseguridad, inflación, corrupción y otros.
Sabe que a la hora de enfrentar el cuestionario de periodistas no alineados y alienados con el “relato”, le será difícil salir airoso por eso es que él también se defiende con chicanas pero está feliz de no someterse a la “tortura” que le habría significado estar mintiendo cifras y realidades antes millones de votantes que lo mirarán por TV.
El ex deportista de élite, también está aliviado de no asistir pensando que en una de esas, y tal como ocurrió hasta ahora en su carrera política, con esa cara de muchacho de barrio bonachón y nada más, le alcance para llegar a ser Presidente de los argentinos.
Desde la perspectiva K la decisión de Cristina de no dejarlo ir, tiene lógica. ¿Para qué arriesgarse a pasar un papelón del que no tendrían vuelta si Scioli, ni ella misma, ni nadie de su gobierno tiene respuestas verdaderas para temas tan graves?
Lo mejor entonces será imitar a su viejo líder y conductor, Carlos Saúl, y hacer “La Gran Menem” dejando la silla vacía.
¿Por qué la decisión? …porque las encuestas que se han conocido hasta ahora, y que son varias, hablan de un final electoral abierto.
Algunas sostienen que Scioli puede ganar en primera vuelta y otras que sí o sí habrá balotaje, por lo que la incertidumbre acerca del resultado final sigue sobrevolando la Argentina.
Hasta ahora, ninguna coloca a Sergio Massa, el candidato de UNA, en ese escenario hipotético de segunda vuelta ya que quienes lo hacen, ubican allí a Daniel Scioli y Mauricio Macri.
El tan ansiado 40% está muy cerca y eso entusiasma a los sciolistas, como Urtubey, que recorre el país en estas semanas intentando convencer a los sectores peronistas pero lejanos a Néstor y Cristina Kirchner, que Scioli es distinto a ellos y que gobernará con estilo propio, sin camporistas y toda la fauna de ociosos y fascistas que revolotean alrededor de las faldas de Cristina y su bolso lleno de monedas de oro, afirmando que sí solucionará los problemas y colocará al país otra vez en el concierto de los países “normales”.
Extenuante tarea la del gobernador de Salta ya que en todos lados las preguntas que le formulan son las mismas: “¿Vos crees Juan que tendrá el coraje de ignorar a Cristina?”. “Decime la verdad, ¿va a gobernar él o el Chino?” (Carlos Zannini), a lo que el salteño contesta: “Una vez con el bastón de mando en la mano, Daniel será otra cosa”.
Lo cierto es que por ahora nadie sabe qué hará si finalmente llega al triunfo.
Por el lado de Macri, en tanto, parece que tarde se dio cuenta que los consejos del ecuatoriano, Jaime Durán Barba, su principal asesor político, lo llevaron por caminos equivocados por lo que en la semana pasada decidió reemplazarlo por Nicolás “Nicky” Caputo, una de las personas de su mayor confianza, compañeros de colegio en “Cardenal Newman”, quien a partir de ahora está a cargo de la campaña y le acerca su consejo en estos tramos finales.
Recién ahora, ya liberado de Durán Barba, Macri reconoce que se equivocó en el armado de su propuesta presidencial. Recién ahora se da cuenta que tendría que haber acordado con Massa porque es muy difícil ganar una elección, y más una presidencial, sin la histórica “pata peronista” y recién ahora también, se da cuenta, que su fórmula con Gabriela Michetti, expresa el autentico sentir del porteño pero nada más que eso, el sentir del porteño y punto.
“Es una pena que Mauricio recién ahora se dé cuenta de lo que solamente algunos le decíamos cuando cerró toda negociación con Massa (Sergio). En ese entonces, ya le dijimos que sería muy difícil ganar si no tenía el apoyo de un sector del peronismo pero nos dijo que no era así. Prefirió escuchar a Lilita (Carrió) que le habló pestes de Massa. Después vino Durán Barba y la cosa con Sergio se pudrió para siempre. Es una pena, porque si pierde se va a arrepentir toda la vida”, era la reflexión que hacia uno de sus dirigentes cercanos con fuerte presencia política en Salta.
Lo cierto es que más allá de haber corrido al ecuatoriano, la suerte ya está echada, como se dice habitualmente, y Caputo, su nuevo “gurú”, será muy poco lo que pueda hacer para revertir resultados y tanto Macri como Massa deberán cargar sobre sus espaldas, si al final gana el candidato de Cristina, la responsabilidad de haber perdido la oportunidad histórica, por su egoísmo y su miopía política, de librar a este país de esta banda comandada por los Kirchner que tanto daño trajo a la Argentina.
Serán los principales responsables de la continuidad de este modelo cargado de mentiras que deja, tras su paso, miseria, desnutrición, hambre, drogas, corrupción, desempleo y desencuentro entre otras cosas.
Por allí, algunos ciudadanos bien intencionados y cargados de inocencia comentan: “pobres Macri y Massa si pierden, ¿qué será de ellos, no?”
“Pobres de nosotros los ciudadanos de a pie”, habría que decirles.
Macri y Massa, si gana Scioli, seguirán salvados personalmente pero serán, sin lugar a dudas, los principales responsables que la agonía K siga viva, por lo menos, por ocho años más.