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De Cuna de la Independencia a cueva del poder político corrupto

Tucumán le prendió fuego al laberinto

“El tucumano es quilombero, no es como nosotros que nos joden y nos quedamos mansitos, agachamos el mate y seguimos adelante… el tucumano no… sale a romper todo”. Esa frase la escuché en una charla de café de boca de un comensal que lejos está del periodismo y la política, un tipo común, laburante, salteño él, pero que vivió varios años en el Jardín de la República, los suficientes como para entender que los compatriotas de la hermana provincia a pesar de estar tan cerca nuestro tienen una idiosincrasia distinta.

No por nada se vanaglorian de su exacerbado provincialismo, a punto tal de convencerse que eso de la “República de Tucumán” es verdad. Pero dejando de lado el chauvinismo que en la tierra de personajes de la historia tan disímiles como Alberdi, Roca, Bussi, Mercedes Sosa, Palito Ortega o César Pelli adquiere una connotación casi religiosa, lo cierto es que Tucumán por esas mismas características idiosincrásicas muchas veces fue un polvorín que, de una forma u otra, terminó estallando. Esta vez en su faz institucional merced al hastío del ciudadano de a pie que harto de ver como con cada elección que pasa su voto no vale lo mismo que el del “voto aparato”, salió a las calles a voltearle la elección a una maquinaria electoral que ya traspuso todos los límites.

Como sucede en todos lados, vale decirlo, como también sucedió en Salta, pero con otros niveles, más elegantes si se quiere, no al “extremo Tucumán”, donde todo suele ser mucho más explícito y violento.

Quema de urnas, tiroteos, la brutal violación de lo más sagrado que tiene un simple votante que es la libertad a la hora de elegirese domingo que hace tiempo ya dejó de ser sagrado exacerbaron los ánimos y pasó lo que pasó, hasta llegar al caos institucional del presente, con un contundente fallo de la Justicia que por primera vez en la historia anuló por fraudulentas unas elecciones. Lo que no es poco, sobre todo el país del vale todo. Y cuyo efecto ni aún los siempre “inventivos” personeros del poder kirchnerista que tienen respuesta para todo saben cómo cuernos resolver.

El fallo, que para los fanáticos cristinistas entre los cuales se cuenta el presidente del bloque del FPV de la Cámara de Diputados de la Nación, nuestro comprovinciano ultra K, ultra U, ex menemista y ex romerista Pablo Kosiner, es lisa y llanamente un “intento de golpe” contra el régimen de los Alperovich, explica con meridiana claridad y pruebas irrefutables porqué considera que estas elecciones no pueden convalidarse.

Proceso viciado

Finalmente, luego de recibir escraches, amenazas de muerte, insultos que proviniendo de constitucionalistas como el jurista K Alfredo Barcesat causan estupor (llegó a decir que el juez en cuestión había escrito el fallo estando de gira por la ruta del wisky en Inglaterra) Salvador Ruiz, el juez que firmó el dictamen junto a su colega camarista EbeNuñezPiossek, explicó algunos de los fundamentos que tuvo para avalar el pedido de nulidad que presentó el opositor Acuerdo para el Bicentenario y ordenar que se vuelva a votar. "El Tribunal decidió anular las elecciones por los elementos aportados. El proceso estaba viciado", remarcó el magistrado en diálogo con radio Vorterix.

Con respecto a los delitos electorales, aclaró que el tribunal no es competente para decirlo pero sí para hacer referencia al proceso. "Estamos convencidos de que esos vicios tergiversaron la voluntad popular", expresó. "El vicio del procedimiento es lo que se ha visto. No es sólo la quema de urnas, los videos con las fajas. Es TODO", agregó.

El fallo resolvió "hacer lugar parcialmente" al requerimiento que hizo el frente de José Manuel Cano, luego de denunciar numerosas irregularidades tanto en la votación como en el escrutinio. Ruiz dijo que esta denuncia se probó y que por eso hay que repetir el proceso electoral.

El pez por la boca muere

Pero vale la pena detenerse en la parte resolutiva donde la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Tucumán explica punto por punto el porqué de su decisorio respecto de un tema fundamental: el clientelismo. Y cita como prueba una confesión de parte del propio gobernador José Alperovich cuando muy suelto de cuerpo, al igual que su delfín Juan Manzur, no tuvo empacho en reconocer que sí se hizo clientelismo político el mismísimo día de la votación. A continuación el capítulo completo del fallo sobre este tema:

  • “(…) El concepto general de clientelismo político está acotado en nuestrasociedad a una mera permuta de favores entre jefes partidarios y potenciales electores provenientes en su mayoría de clases bajas y desamparadas. Sin embargo, la lógica del poder que responde a su raíz profunda va más allá de un simple intercambio de mercaderías por votos. El esquema desplegado es mucho más complejo y aquél es, en última instancia, el resultante final de una larga cadena (cf. Dinatale, Martín, El festival de la pobreza, La Crujía Ediciones, Bs. As., 2004, pág. 41).

Ahora bien, no puede dejar de reconocerse que la relación entre “punteros políticos” y “población desprotegida”, en muchos casos, responde a un sistema de subsistencia alimentaria que resulta difícil cuestionar desde el discurso jurídico frente a la situación de extrema vulnerabilidad y profunda pobreza como la que, es notorio, padece un amplio sector de nuestra sociedad. Empero, ello no obsta a concluir con acierto que las prácticas clientelares conspiran precisamente contra la expresión de libre voluntad que constituye un presupuesto indispensable del ejercicio del sufragio.

Más, la imposibilidad de cumplir con sus necesidades en un modo compatible con las exigencias de la vida que le asegure –además– el ejercicio sin trabas de las facultades que le corresponden como individuo, como miembro de la sociedad y como partícipe del gobierno político, atenta contra ese ámbito de libertad (cfr. Fayt, Carlos S., Los derechos del hombre y sus garantías constitucionales, Valerio Abeledo Editor, Bs.As., 1945, pág. 38), que –como se dijo– es presupuesto necesario para el ejercicio delsufragio, y es allí donde las prácticas asistenciales –por sus características estructurales– constituyen un terreno particularmente fértil para el crecimiento del fenómeno clientelar.

Con lo dicho y en concordancia con el precedente citado, no podemos sino concluir y ratificar las consecuencias enormemente perniciosas que las prácticas clientelares tienen sobre los principios fundamentales del régimen representativo y, en particular, sobre la genuina expresión de voluntad del elector que es su presupuesto.

A partir de dicho prólogo la pregunta deviene inevitable ¿las prácticas denunciadas por la parte actora, se han configurado durante el acto eleccionario del pasado 23/08/2015? La respuesta afirmativa se impone, no solo a la luz del carácter público y notorio que asumieron tales acontecimientos para todo el electorado durante el día de los comicios, sino además porque son numerosos los elementos de prueba arrimados por el actor que dan cuenta de un sinnúmero de episodios que se han escalonado durante la jornada eleccionaria y los días posteriores que denotan con claridad la existencia y configuración de dichas prácticas.

En primer término debo señalar que ello fue reconocido por el propio Gobernador de la Provincia en públicas declaraciones (www.lanacion.com.ar/1823833 -José- Alperovich - reconoció - que - se - entregaron-bolsones-a-cambio-de-votos-en-laselecciones-de-tucuman) y por el candidato a Gobernador del FpV (cfr. Declaraciones efectuadas el 26/08/2015 en Canal A24, según surge de la documentación en soporte de video adjuntada por la parte actora cfr. cargo actuarial de fs. 48 y detalle de fs. 49).

De los mencionados archivos de video traídos a la causa por la parte actora y que fueron copiados por la demandada de forma previa a efectuar su responde (cfr. Acta de fs. 92), a los fines que aquí interesan, surgen situaciones como las protagonizadas por candidatos a concejales por el partido Kolina de la ciudad de Tafí Viejo, filmándose en pleno acto de reparto de “bolsones”; o los documentos de video emitidos en programas periodísticos de alcance nacional, dando cuenta de la entrega de bolsas de mercadería distribuidas en taxis con siglas, numeración y nombres de diversos candidatos o la organización de rifas de electrodomésticos y hasta automóviles días antes de los comicios por parte de espacios políticos participantes en la contienda electoral (grabación Programa Periodismo para Todos del 30/08/2015, traída a autos por la parte demandante, cfr. Cargo actuarial de fs. 48 y detalle de fs. 49).

A lo dicho se suma la constancia documentada también en soporte de video, tanto por medios locales como nacionales, respecto de las agresiones sufridas por el Sr. José Ahualli, camarógrafo de un medio de comunicación local, cuando documentaba la entrega de los denominados “bolsones” (sobre este hecho la actora adjunta además nota periodística extraída del sitio web del diario Clarín de fecha 23/08/2015) (…)”.

Está clarísimo, y no hace falta ser un aventajado jurista para darse cuenta que la decisión del Tribunal no hace más que traducir lo que la gente expresó a lo largo de sucesivas marchas, con represión policial incluida: cansancio por TODO. Cansancio que viene acumulando elección tras elección al ver que el aparato estatal viola el derecho sagrado de votar en libertad cada vez más descaradamente. Y por más que la Corte Alperovichista en tiempo récord haya convalidado el escandaloso proceso revocando el valiente fallo de la Cámara con la consiguiente apelación del Acuerdo en pos de llegar a la instancia máxima La Corte Suprema de la Nación, y que a pesar de todo el cuestionado gobernador "electo" Juan Manzur haya sido proclamado por la Junta Electoral, lo de Tucumán marcó un punto de inflexión.

Algo debe cambiar

Lo cierto es que el estallido de Tucumán no hizo más que prenderle fuego al laberinto en que los sucesivos gobiernos nacionales y provinciales transformaron el sistema democrático desde 1983 a la fecha. Cada gestión aportó lo suyo para deformar constituciones, amoldarlas a sus apetitos de poder una y otra vez, siempre con la gente de rehén.

Reelecciones vergonzosas, como la de Gildo Insfrán en Formosa, que va por una nueva tras ¡25 años! de mandato; ley de lemas, que transformó a los partidos otrora usina de ideas en meras ferias con mini quioscos diseminados por doquier; candidaturas testimoniales donde descaradamente tipos como Kirchner o Scioli le decían a la gente “vótenme pero miren que no asumo ¿eh?”; vergonzosas reformas express como la de Salta en 2003 que habilitó la re-reelección de Romero ese año y por lo tanto la de Urtubey ahora; PASO que no son otra cosa que el reaseguro de los aparatos, si no cómo explicar que intendentes como el de Moldes, que salieron cuartos en la primera terminen imponiéndose en la general bajando todo el poderío electoral el domingo de la elección vía aprietes, reparto de bolsones, chapas y cuanto se tenga a mano para volcar la elección por unos pocos votos; acoples que al igual que la ley de lemas degeneran el sistema al punto de haber tenido los tucumanos más de 25 mil candidatos en la provincia; desdoblamientos pícaros que como en Salta provocaron que la gente tenga que ir a votar cuatro veces en un año y hasta cinco si es que hay balotaje. Y un sinnúmero de etcéteras.

Todo el manoseo que pudieron hacer de la Democracia y la Constitución los gobiernos de turno tuvieron su punto de quiebre el 23 de agosto pasado en Tucumán.

¿Cómo terminará esto? Nadie lo sabe, porque la Cuna de la Independencia es una réplica de lo que logró el kirchnerismo en el país tras doce años de ejercicio despótico del poder, con una sociedad absolutamente dividida en bandos irreconciliables dominados por el odio y el resentimiento.

La Democracia, eso sí, pisoteada hasta más no poder.

Por el poder político corrupto.


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