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Urtubey tuvo que tragarse el sapo de aplaudir “codo a codo” con Milagro Sala


El menos informado de los mortales de estos pagos del norte argentino, donde en Jujuy precisamente vive y reina –cabe la figura- la líder social Milagro Sala al comando de su ya célebre y disciplinada organización “La Tupac Amaru”, sabe que desde sus más firmes principios de lucha y convicciones políticas, lo que menos les produce el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey es simpatía. Por el contrario, el rechazo hacia su persona y personalidad en todos los órdenes, linda un revulsivo rechazo.

Es que para Milagro Sala, protegida desde el primer día del proyecto kirchnerista con Néstor primero, con Cristina luego y sustancialmente con Alicia Kirchner como protectora de la fluida y privilegiada economía tupaquera, Urtubey está en las antípodas más absolutas del pensamiento político que anima sus luchas sociales.

Para la ruda dirigente jujeña, el mandatario salteño es la más elocuente expresión de la oligarquía vernácula comprometida con los poderosos, con la más reaccionaria expresión conservadora de la Iglesia, con la histórica explotación del hombre en sus gobiernos conservadores y con la visión de un futuro de país que aunque hoy se proclame kirchnerista, nacional y popular, nadie duda que cerrado el ciclo que inició Néstor Kirchner, su aspiración íntima es volver a los cauces del liberalismo y al alineamiento internacional con Estados Unidos. Despojándose –por fin- de las banderas ideológicas actuales de la Venezuela de Chávez y Maduro y sus escasos aliados.

Es por ello que en el palco donde Milagro Sala entornó a Daniel Scioli candidato a presidente de Cristina Kirchner ante un multitudinario coro de militantes tupaqueros que para policías y periodistas rondaban las treinta y cinco mil personas, la presencia de Urtubey evidentemente la irritaba.

El rostro adusto del salteño –salvo para posar con Scioli , Zanini y Fellner- decía con claridad una rogativa al cielo para que el circo terminase pronto. Y ni hablar de los momentos en que caía en cuenta que estaba aplaudiendo a coro con Milagro. “La Negra”.

No fue un sapo corriente el que debió tragar y digerir Urtubey en Jujuy.

Tampoco fue fácil para Milagro Sala estar en el mismo coro de aplaudidores.

Claro que para Milagro Sala la ganancia fue neta y concreta: Momentos antes –lo confirmó ella misma- le había arrancado al candidato a suceder a Cristina (y a su “socio electoral 2015” Eduardo Fellner) la firma de un compromiso para que el torrente que financia a la Tupac Amaru desde el inicio de la “década K” no se corte, ni se interrumpa.

Y por qué no… se incremente.

De darse esa lógica del plan de la Tupac Amaru, seguramente volverá Milagro Sala por estos pagos del Señor y la Virgen del Miagro, de Güemes y del Club 20 de Febrero, a refrescarle en la memoria a Urtubey esos momentos de militancia vividos juntos en el estadio 23 de Agosto de Jujuy, aplaudiendo y sonriendo para la televisión con el atronador grito de fondo de:

¡Tupaqueros carajo!

Será cuando Milagro Sala traiga sus planes para hacer (a mitad de precio o menos) las viviendas populares, los complejos deportivos, los comedores, los albergues, los natatorios, los campings, etcétera que no hizo en ocho años su odiado “cholo” “gorila” y “oligarca” gobernador salteño.

Será cuando Milagro Sala traiga también –naturalmente- sus piqueteros.

Que pueda hacerlo, conociendo a Urtubey… no tanto. Más bien imposible, aún en la eventualidad de que Alicia K siga siendo su poderosa madrina.

Que lo intentará… es seguro.

Entonces… la esperará Lami con sus mejores muchachos.


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